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Emir Acevedo

@Emir_AG_

 

Hace apenas un día estaba entre nosotros una de las mentes más brillantes del último siglo, el físico (cosmólogo), Stephen Hawking, quien a falleció a la edad de 76 años debido a la enfermedad que padeció por más de 50 años, la esclerosis múltiple. Hoy le dedico esta entrada con mucho respeto esperando que su alma se encuentre entre las estrellas. Y es precisamente de estrellas de quienes vamos a hablar hoy.

 

Desde el inicio de la humanidad, el firmamento ha estado plagado de estrellas, y gracias a ellas el hombre pudo empezar a medir el paso del tiempo, además les atribuyó poderes sobrenaturales y hasta llegó a pensar (aún en estos días), que la posición de las estrellas en el momento del nacimiento de una persona puede llegar a influenciar directamente al comportamiento del individuo a lo largo de su vida.

 

Gracias a los griegos conocemos los nombres de las constelaciones. Ellos creían que las estrellas eran bolas de fuego que se movían en el firmamento, a algunas de éstas estrellas, las más brillantes las llamaron planetas (que en griego significa errante); esta fue una primer forma de pensamiento empírico, primitivo. Atribuir poderes sobrenaturales a fenómenos que desconocemos o que parecen ser superiores a nosotros, es la forma más fácil de explicar el porqué de algo, sin embargo, gracias al desarrollo de la ciencia, hemos descubierto con gran asombro que las estrellas no son bolas de fuego, sino grandes esferas luminosas de plasma (un estado de la materia, gaseoso, donde ese gas es ionizado por las altas temperaturas o por la aplicación de algún campo electromagnético).

 

Para nombrar a todo el conjunto de estrellas y planetas, las leyes que los regían y todo el conjunto de fenómenos que ocurrían y que en principio parecían ordenados, los griegos le pusieron cosmos. Entonces lo contrario al cosmos es el caos o desorden. Sin embargo sabemos que a pesar de parecer ordenado, el universo tiende al caos, ¡pero es un caos ordenado!, parece confuso, sin embargo no lo es tanto. Por ejemplo, imagina una caja donde en principio hay un conjunto de 20 ratones que viven en paz y armonía. Al cabo de cierto tiempo introducimos un gato en esta caja (ruido), lo cual viene a romper el orden de nuestro pequeño sistema. Al paso del tiempo el gato comienza a comerse a los ratones. Hay algunos ratones que no se logran adaptar al medio y entonces son comidos por el gato. Sin embargo, de cierta forma hay ratones que logran adaptarse al medio y reproducirse y mantienen viva la población original de ratones, entonces vuelven a encontrar el equilibrio y regresa el orden, quizás no el mismo que al principio debido a que la configuración de nuestro sistema ya evolucionó. El orden tiende al caos pero encuentra el equilibrio y se vuelve a ordenar. ¿Entendieron?

 

Bien. El punto es que gracias al pensamiento científico, el hombre ha logrado revolucionar el pensamiento, y ha logrado cambiar la forma de pensar de las personas. Hemos dejado de lado las antiguas creencias (la gran mayoría), de que nuestras vidas están regidas por la posición de las estrellas. A este pensamiento mágico primitivo se le conoce con el nombre de astrología y son los astrólogos los que se encargan de difundir este pensamiento. Esto no es ciencia, que quede claro, y quizás ni siquiera sea una pseudo-ciencia. Es común encontrar personas que confunden esta palabra para referirse a los astrónomos, los hombres de ciencia que estudian con bases científicas los movimientos de los planetas y los fenómenos que ocurren debido a estos movimientos. (Eclipses, tormentas solares, tormentas magnéticas, etc.)

 

El hombre en su búsqueda del conocimiento, siempre ha querido saber por qué suceden las cosas. Le ha interesado saber el origen del cosmos. Con el paso del tiempo a estas personas se les llamó cosmólogos. Hay que distinguir también entre un cosmólogo y un astrónomo, parece que son la misma persona, que se interesa por las estrellas, sin embargo no es así. Para el cosmólogo, entender el mundo de forma sistemática, es unificar los conocimientos que le ofrecen la física, la astronomía, la filosofía y hasta la religión, para someter todo a tela de juicio y proponer teorías que expliquen el origen del universo. Hawking era un cosmólogo, como en su momento lo fue Carl Sagan, el presentador del famoso programa de tv COSMOS, el cual ahora es presentado por el astrofísico Neil deGrasse Tyson.

 

Stephen Hawking en Gonville & Caius College, Cambridge.

 

¡Eso es todo por hoy y muchas gracias por leerme!

 

¡Nos vemos en la próxima entrada en mi blog pasillos de la ciencia!

 

¿Conoces a algún otro cosmólogo famoso? ¿Tienes alguna pregunta acerca del tema que se tocó en esta entrada?

 

Escríbeme a mi e-mail: [email protected]

Emir Acevedo

Veracruzano. Ingeniero Mecánico egresado de la Universidad Veracruzana. Su primer carrera fue la licenciatura en Física, misma donde nace su gusto por la ciencia y la divulgación científica. Durante su carrera profesional ha trabajado en el sector gubernamental en áreas de seguridad e higiene y protección civil y últimamente como docente universitario.