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Por: Aldo Francisco López Velázquez

@aldoflopez

 

Estamos a menos de un mes de las elecciones en México, y a una semana del Mundial del Futbol.

Estamos viviendo en cada uno de los círculos sociales, en los pueblos y en las ciudades, un desgaste emocional. Ya sea en la plática cotidiana, en los grupos de mensajería instantánea y en las redes sociales, día a día, hay una referencia (solicitada o no) a algún partido político, candidatas o candidatos a puestos de elección popular. Aristóteles describía a las personas como “zoon politikon”, en la que el ser humano se inmiscuye en asuntos políticos por la interacción con su sociedad, lo que nos hace diferente a otros animales.

El debate de ideas, organizado y respetuoso de la dignidad humana, es aceptable, enriquece el pensamiento crítico, y necesario. Sin embargo, lo que menos se observa es el mismo debate, solo imposiciones de ideas, sin sustento normativo o de la situación social.

Esto se acentúa en casos de mujeres y hombres jóvenes, quienes tendrán la oportunidad de votar por primera o segunda vez. Las posturas son diversas. Desde aquellas personas que están abiertas a escuchar todas las corrientes, y el otro extremo, quienes las defienden como si su vida dependiera de esto.

La polarización social ha permitido argumentar descalificaciones, insultos, palabras soeces o hasta rompimiento de amistades solo por no pensar de la misma manera. Un desgaste que será lento y doloroso de asumir y eliminar.

En las charlas entre amigas y amigos he observado que recordamos solo aquellas propuestas con mayor impacto mediático, las que nos afecta o benefician directamente, o que inciden en nuestra esfera profesional.

Mochar las manos a delincuentes, el Código Penal Único o el análisis de la Reforma Educativa [que trae aparejada el análisis de la normatividad nacional], son las que se recuerdan. Sin embargo, al reflexionar sobre los beneficios sociales de éstas, persiste la duda.

Al final, la falta de propuestas que reduzcan la desigualdad, la pobreza o impulsen el desarrollo sustentable, y los mecanismos para su cumplimiento, permite continuar con la desconfianza del Estado y las instituciones político – electorales, lo cual nos afecta a todas y todos.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su Informe Perspectivas Económicas de América Latina 2018 reflexiona sobre la falta de conexión entre estado y sociedad:

“[…] las exigencias de los [y las] ciudadanos [y ciudadanas] por mayor transparencia e integridad, por una mejor calidad de servicios públicos clave como la educación y la salud, y por una mayor apertura y transparencia del gobierno no están siendo atendidas de forma efectiva. Como consecuencia, la confianza en las instituciones públicas se está erosionando, lo que está debilitando las bases del contrato social.

[…] En cuanto a la estabilidad política (-.87), México está por debajo de los promedios de ALC (0.18 y -0.09, respectivamente) y de la OCDE (1.12 y 0.64, respectivamente).”

Esto permite muchas reflexiones. Las propuestas generan simpatías, incertidumbre o apropiación, que tendrán como consecuencia, la desconfianza en las instituciones.

De acuerdo con la Quinta Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas de la Secretaría de Gobernación, el 65 por ciento de las ciudadanas y ciudadanos declararon tener poco interés en la política, y el 44 por ciento de la población entrevistada refirió que, para trabajar en una causa común, resulta difícil o muy difícil organizarse con otras personas.

La sociedad mexicana está polarizada. El Mundial de Fútbol solo será un placebo. El dos de julio será el regreso a nuestra realidad.

En la “recta final” de este proceso electoral, le hago respetuosamente la siguiente pregunta: ¿conoce las propuestas de las candidatas, candidatos y de las plataformas de los partidos políticos?

Recuerde: estamos a menos de un mes de las elecciones en México, y a una semana del Mundial del Futbol.

Nos leemos en twitter @aldoflopez

 

 

Aldo Francisco López Velázquez

Abogado Maestro en Derecho Procesal Penal y Criminología. Ha participado en investigaciones, diagnósticos, acciones y políticas públicas para impulsar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, así como en la elaboración de propuestas de reforma con perspectiva de género a la normatividad nacional y de diversas Entidades Federativas. Ha colaborado en proyectos en materia de derechos humanos y género para instituciones públicas, privadas y sociales en los tres órdenes de gobierno.