Efrén Calleja Macedo
@lem_mexico
Recordar es recorrer territorios emocionales. En esos viajes por las historias propias se suele acudir a los mismos momentos definitorios y reiterar sus características de tinieblas o luminosidad: esto es “lo triste”; aquello refleja “la gran decisión”; ese instante ejemplifica “la relación familiar”; aquel momento es “el aprendizaje transformador”, y aquella ofensa resume “lo que nunca seré”.De esta manera, al rememorarse petrifica la historia, semonumentaliza y etiqueta como inamovible: esto he sido y no puedo modificarlo.Por eso, cambiar las narrativas —o los enfoques sobre lo narrado— puede hacer del rememorar una oportunidad para reconstruir. Sobre esta certeza, Michael White (1948-2008) y David Epson desarrollaron la técnica de la Terapia Narrativa.
Para mostrar cómo la terapia narrativa moviliza cuestionamientos y desplaza las imágenes de identidad, Michael White escribió Mapas de la práctica narrativa (Casa Tonalá, Colectivo de Prácticas Narrativas y PRANAS Chile), obra en la que compila conversaciones terapéuticas con consultantes.
Cada diálogo es también un mapa en proceso porque, dice White: “La distancia que se puede recorrer en una sola conversación terapéutica, desde el punto de partida de un desenlace extraordinario hasta nuevos territorios de vida e identidad, es a menudo realmente asombrosa”.
“En mi experiencia”, señala White, “con estas conversaciones [que generan mapas de lo que somos y hemos vivido] la única cosa que podemos prever con toda seguridad es que el resultado desafíe cualquier predicción nuestra. Es uno de los aspectos más fascinantes de involucrarse en estas prácticas narrativas. En el contexto de estas conversaciones permanecemos en suspenso en cuanto al resultado. Lo único que sabemos es que en cuanto terminen, estaremos en territorios de vida y de identidad que no podíamos haber imaginado al principio”.
“Estos mapas fueron dibujados en otras geografías, territorios distantes, muy distintos a los nuestros”, dicen Ítalo Latorre-Gentoso y Carolina Letelier Astorga en el prefacio de Mapas de la práctica narrativa. Es así porque cada geografía personal es entendible sólo por quien la ha trazado y padecido. Es decir, el especialista existencial es quien rememora. Esa persona —el consultante— es la única que puede modificar gradualmente las tinieblas o la luminosidad de lo vivido. Esto, a su vez, alterará sus visiones de presente y de futuro.
Como explica White, “si consideramos la vida como una asociación con afiliaciones e introducimos practicas configuradas de modo muy específico por el reconocimiento de que la identidad se forja con figuras significativas del pasado y del presente de una persona, se abren diversas posibilidades de reconstruir la identidad en el contexto de las conversaciones terapéuticas”.
Dado que las posibilidades de reconstrucción son inherentes a cada narrativa, “cada lugar necesita su mapa”, apuntan Latorre y Letelier. Además, los terapeutas deben “echar mano de la libertad de crear, de la riqueza de [su] propia historia. Practicar y practicar y practicar, era una de las frases famosas de Michael White”.
“Practicar y practicar y practicar” quiere decir escuchar, escuchar, y escuchar las conversaciones de quienes narran los capítulos de su vida durante la terapia. Para ahondar en esto, nada mejor que la lectura de otra obra fundamental de White: Family therapy training and supervisión in a world of experience narrative (Dulwich Centre Publications, 1992).
En el prólogo de Mapas de la terapia narrativa, David Epson, con quien White fundó el Dulwich Centre en Adelaida, Australia, captura la sensación del lector al recorrer las cartografías dialogantes: “Cuando leí las transcripciones [de las conversaciones con los consultantes], pude sentir de un modo muy íntimo el disfrute con que Michael se encuentra con las personas que lo consultan y cómo ellas a su vez saborean esos encuentros. Me llevó a sentir de nuevo cuán enriquecedor es nuestro trabajo para nuestras vidas. Es la calle de doble sentido a la que alude Michael”.
artículo originalmente publicado en el Periódico “El Popular” (que puede consultarse en el siguiente enlace: https://www.elpopular.mx/2019/02/04/opinion/narrar-para-reconstruir-198205)