México y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Escrito por: Salvador López Santiago
@sls1103
La ONU señala que la globalización es un fenómeno inevitable en la historia de la humanidad que ha acercado al mundo por medio del intercambio de bienes y productos, información, conocimientos y cultura. Con el fortalecimiento del libre comercio, la integración de las economías, la internacionalización de los mercados laborales y la revolución informática, la globalización se consolidó con un carácter predominantemente económico, pero la evolución de las sociedades del mundo hizo necesario incorporar un enfoque de desarrollo social y de derechos humanos.
A partir de la segunda mitad del Siglo XX, el desarrollo económico y los derechos humanos comenzaron a formar un binomio que gradualmente se convirtió en indisoluble e irrevocable para las naciones del mundo. La máxima expresión de ello es la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, posterior a los Objetivos de Desarrollo del Milenio del año 2000 (considerados como el primer gran esfuerzo multilateral por hacer frente a diversos problemas de la agenda internacional y para ayudar a los más pobres del mundo).
La Agenda 2030 fue adoptada por los dirigentes del mundo en septiembre de 2015 y entró en vigor de manera oficial el 1 de enero de 2016. Es un plan de acción conjunta suscrito por 193 países para erradicar la pobreza, proteger al planeta y asegurar la prosperidad mundial sin comprometer los recursos para las futuras generaciones. Contiene 17 objetivos y 169 metas que deben conseguirse en el mediano plazo (15 años), por lo que las acciones que deben tomar los países deben ser enfocadas a conseguir lo planteado.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible son: 1. Fin de pobreza; 2. Hambre cero; 3. Salud y Bienestar; 4. Educación de calidad; 5. Igualdad de Género; 6. Agua Limpia y saneamiento; 7. Energía asequible y no contaminante; 8. Trabajo decente y crecimiento económico; 9. Industria, innovación e infraestructura; 10. Reducción de las desigualdades; 11. Ciudades y comunidades sostenibles; 12. Producción y consumo responsable; 13. Acción por el clima; 14. Vida submarina; 15. Vida de ecosistemas terrestres; 16. Paz, justicia e instituciones sólidas; y 17. Alianzas para lograr los objetivos.
Debido a su naturaleza e impacto, es fundamental que no queden en nobles aspiraciones y se traduzcan en beneficios tangibles para toda la población. Aunque apenas estamos por llegar a los tres años y medio de su puesta en marcha, en el caso de México, existen elementos objetivos que al menos sugieren que los esfuerzos realizados hasta el momento han sido insuficientes, aislados e inadecuados. Los pendientes y desafíos se mantienen vigentes en prácticamente todos los rubros, para ilustrar esta última aseveración me refiero a algunos de los más notables y preocupantes dentro de la convivencia cotidiana.
Es evidente que no se ha logrado poner fin a la pobreza y mucho menos, alcanzar escenarios de hambre cero en México. De acuerdo con cifras del Coneval, 43.8% de la población vive en condiciones de pobreza y el 7.6% sufre pobreza extrema; de ahí que el 20.1% manifieste preocupación por la calidad y cantidad de alimentos disponibles, e incluso, ha señalado haber tenido experiencias de hambre en el desarrollo de su vida diaria, paradójicamente, en nuestro país 20 millones de toneladas de alimento al año van a la basura.
Otro caso es la meta de tener igualdad de género. Según ONU Mujeres, en México cada día son asesinadas 9 mujeres y sin llegar a escenarios de dichas dimensiones, resulta totalmente reprobable el riesgo latente que corren en prácticamente todas partes. Es urgente erradicar todo tipo de violencia en su contra, incluida la laboral, donde siguen en amplia desventaja, según INEGI, las mujeres dedican tres veces más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
No vayamos tan lejos, en la Zona Metropolitana del Valle de México ahora mismo tenemos contingencia ambiental debido a las malas condiciones del aire y en la mayor parte del territorio nacional sufrimos una ola de calor que llega a ser fastidiosa, en estados como Michoacán, Guerrero, Campeche y Yucatán se registran temperaturas superiores a los 45 grados. Es clara la ausencia o falta de eficacia en acciones por el clima. Por último, lo más evidente es la violencia e inseguridad, siendo la máxima preocupación de la población.
Las cifras y consideraciones expresadas dejan ver la necesidad impostergable de replantear estrategias, planes y programas, incluso si ello implica enfrentar resistencias y hasta en cuestionamientos por romper con paradigmas y esquemas nocivos. Es inaplazable que se instrumenten estrategias que cumplan con la convencionalidad que rige al orden jurídico nacional y al mismo tiempo permitan avanzar de forma constante e integral en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.