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Por Salvador López Santiago

@sls1103

Al escuchar conceptos como microeconomía, macroeconomía o economía, éstos son percibidos como cuestiones aisladas a nuestra vida cotidiana, sin embargo, en mayor o menor medida tienen presencia en cada aspecto de nuestro contexto social. Esta no es una afirmación aventurada ni mucho menos carente de sustento, por lo que es pertinente tener al menos una noción general de lo que implican, los alcances y posibles repercusiones.

 

Sin pretender asumirme como especialista en la materia y sin tener como formación la de economista, un cuestionamiento a resolver de inmediato precisamente es ¿qué se entiende por economía?, así podemos señalar que, en su acepción más simple, se refiere a la satisfacción de las necesidades mediante los recursos disponibles. En este tenor, el gran reto consiste en superar la escasez, que grosso modo es la incapacidad de satisfacer todos nuestros deseos, cuya solución nos remite a tener que elegir entre las alternativas disponibles.

 

En una concepción más amplia, la economía comprende una ciencia social que estudia las elecciones que los individuos, las empresas, los gobiernos y las sociedades enteras hacen para enfrentar la escasez, así como los incentivos que influyen en las elecciones y las concilian. Dentro de este universo, me habré de referir a dos vertientes: Microeconomía y Macroeconomía.

 

En términos generales, por un lado, tenemos que la microeconomía es el estudio de las elecciones que hacen los individuos y las empresas, la manera en que dichas elecciones interactúan en los mercados y la influencia que los gobiernos ejercen sobre ellas; y por el otro lado, que la macroeconomía es el estudio del desempeño de la economía

 

A partir de los elementos mencionados, la economía cuenta con al menos dos grandes dimensiones -es tanto ciencia como un conjunto de herramientas utilizados en la toma de decisiones-. La economía como ciencia social implica trata de descubrir la manera en la cual funciona el mundo económico, teniendo dos tipos de afirmaciones como base: positivas y normativas. Las afirmaciones positivas hacen aseveraciones sobre lo que se cree en un momento determinado respecto a la forma en que funciona en mundo y se comprueba al contrastarla con la realidad; en relación al otro aspecto, las afirmaciones normativas, son aquellas que tienen que ver con lo que debe ser, no son verificables.

De esta manera, podemos reiterar que la economía abarca prácticamente todos los ámbitos en los que nos desarrollamos, directa o indirectamente. A fin de tener mayor claridad sobre sus alcances e implicaciones, nos remitiremos a algunos casos de las diferentes áreas que aborda la economía: política económica personal, política económica empresarial y política económica gubernamental.

 

Comenzamos por el más inmediato a nuestra cotidianidad, es decir, la política económica personal, algunos ejemplos son: la inversión que hacemos para realizar estudios de posgrado; el crédito automotriz que podemos celebrar para acceder a un medio de transporte personal; y más simple aún, los recursos que destinamos para satisfacer nuestras necesidades alimenticias.

 

Por lo que hace a la política económica empresarial, algunos casos hipotéticos serían: la adquisición de maquinaria de última generación en una constructora; el desarrollo de software para proporcionar servicios en líneas, ya sean empresas o instituciones educativas; y a menor escala, pero igual de ilustrativo, el tendero al que se le otorga un crédito para que pueda abastecerse de mercancía.

 

En cuanto a la política económica gubernamental, ahora mismo observamos casos como la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco y la ampliación de las pistas de Santa Lucía, con un costo inicial de 100 mil millones de pesos y cuya inauguración de su primera etapa se tiene prevista para 2021 (precisando que las obras se encuentran suspendidas en este momento por resolución judicial); la construcción de una refinería en el puerto de Dos Bocas, Tabasco, en el sureste del país; y también lo es el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), ratificado por el Senado de la República el 19 de junio de 2019.

 

Los ejemplos expresados terminan por reafirmar nuestro planteamiento inicial y dejan de manifiesto la importancia de involucrarnos en el seguimiento, evaluación y en su caso, reorientación de los diferentes tipos de políticas económicas con las que lidiamos en diferentes rubros. Asimismo, brindan algunos elementos que provocan al análisis de la política económica que ha decidido implementar el actual gobierno.

Salvador López Santiago

Es Licenciado en Derecho por la UNAM, Maestro en Ciencia Política por la UPAEP, Maestro en Derecho Electoral por la EJE del TEPJF y cuenta con estudios de posgrado en Derecho Parlamentario en la UAEMéx. Fue Consejero Electoral Distrital en el Instituto Federal Electoral (IFE) y en el Instituto Nacional Electoral (INE) durante los Procesos Electorales Federales 2011-2012 y 2014-2015, respectivamente. Asimismo, se ha desempeñado como asesor legislativo en el Senado de la República en la LXII, LXIII, la LXIV y la LXV Legislatura. Desde enero de 2020 es director editorial en Tempo, Política Constante.