La Cámara de Diputados aprueba el #PND
Editorial
@tempomxcom
Ayer decíamos que la Cámara de Diputados daría inicio a su segundo periodo extraordinario de sesiones. Al revisar la lista de temas registrados, destacamos la eventual aprobación del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 (PND), hecho que ocurrió por la tarde del jueves 27 de junio de 2019. Dicha aprobación se alcanzó con 305 votos a favor, 139 en contra y 3 abstenciones.
Como lo han replicado en diversos medios de comunicación y en múltiples posicionamientos de legisladores en Tribuna, la aprobación del PND implica un ejercicio inédito, en virtud de que es la primera ocasión en la que la Cámara de Diputados analizó, discutió y aprobó el documento rector del gobierno del presidente de la República.
En el proceso que inició el pasado 4 de junio con la recepción del documento enviado por el titular del Ejecutivo Federal destaca que, en distintos foros y espacios, fueron atendidas las opiniones de todos los sectores de la sociedad, expertos, académicos, presidentes municipales, congreso locales y gobernadores.
En la discusión en el Pleno de la Cámara Baja, hubo dos marcadas posturas. Los planteamientos de la oposición coincidieron en que el PND carece de un diagnóstico general, ejes estratégicos y transversales, y no plantea objetivos, estrategias, ni indicadores de gestión y meta; que está alejado de la realidad social en la que nos encontramos; que fue una falta de respeto para el Congreso de la Unión que el Secretario de Hacienda no haya acudido al Palacio Legislativo; y que, al no cumplir con los requisitos establecidos por ley, resultaba pertinente rehacer el documento enviado por el presidente López Obrador.
El partido mayoritario y sus aliados hicieron énfasis en el fortalecimiento del Parlamento Abierto en el Congreso de la Unión; en que el PND termina con un periodo neoliberal que vulneró a México por décadas; en el fracaso de las estrategias de los gobiernos anteriores; y en el mandato popular que dio el voto de confianza para impulsar un nuevo modelo económico que coloque a los grupos vulnerables en el eje de los esfuerzos del gobierno mexicano.
Después de un amplio debate, fue aprobado un PND que tiene entre sus principios rectores: honradez y honestidad; no al gobierno rico con pueblo pobre; nada al margen de la ley, por encima de la ley, nadie; economía para el bienestar; por el bienestar de todos, primero los pobres; y no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera. De esta manera, se pretende supera el modelo neoliberal y la corrupción que permeaba en administraciones anteriores.
En armonía a los compromisos hechos en campaña, el PND plantea un gobierno austero, donde se acaba con los excesos y los privilegios, es un nuevo diseño gubernamental que busca beneficiar a las mayorías. En otras palabras, busca transformar la vida pública del país para lograr un desarrollo para todas y todos -incluidas aquellas personas que históricamente han vivido en el abandono-.
Con el PND, el Estado mexicano recupera su papel rector como agente de cambio. El documento establece las bases para que la inversión pública sea el detonante del crecimiento y, además, fomenta que el Estado, en coordinación con la iniciativa privada, avance en la construcción de un desarrollo incluyente. Lo anterior, constituye un nuevo paradigma que llega a revolucionar el desarrollo social y el progreso económico nacional.
Hay elementos suficientes para pensar que estamos ante un proyecto que plantea un cambio profundo en la distribución del ingreso y cuya base es una política con alto contenido social. En gran medida, el éxito o fracaso del PND, será determinante para que la actual administración pública logre ser eficaz y eficiente.