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Ecuador: La traición al pueblo

Por Itzel Ahuactzin  

@itzeelam

 

Históricamente, el pueblo ecuatoriano se ha distinguido por ser una sociedad organizada y proactiva que lucha por definir el rumbo de su país. Esto se puede ver reflejado en la expulsión de 7 presidentes en un lapso de 10 años, así como en el surgimiento de diversos ideales que permitieron que Ecuador tuviera un panorama de cierta estabilidad política y económica durante los dos periodos de gobierno del expresidente Rafael Correa.

 

La conformación de la denominada “Revolución ciudadana” había marcado las pautas del camino a seguir por los ciudadanos de Ecuador, al sustentarse en un movimiento y una ideología que recuperó los beneficios para el pueblo, reestableciendo la paz desde un gobierno de izquierda.

 

El entonces vicepresidente Lenín Moreno mostraba afinidad hacia el proyecto encabezado por Correa. Las señales de continuidad se apreciaban en su simpatía por los logros, por las acciones emprendidas y por seguir una línea de poder que alejaba al país de la hegemonía e influencia estadounidense. Lo anterior, permitió que Moreno obtuviera la simpatía de los votantes y del mismo presidente Correa, logrando ascender al poder en el año 2017.

 

Sin embargo, una vez en el gobierno, Moreno tomó un giro que sorprendió y decepcionó a muchos, pues todas aquellas promesas de campaña se desvanecieron poco a poco. La izquierda quedó atrás y la derecha comenzó a resurgir acompañada en un contexto en el que América Latina sufría cambios radicales, como el que en el interior Ecuador estaba experimentando.

El panorama actual de este país es producto de decisiones erróneas del gobierno encabezado por Lenín, con énfasis en los dos últimos años. En una coyuntura de incertidumbre se presentan las reformas económicas que el actual gobierno hace llamar “el paquetazo”, donde las medidas fueron consecuencia del acuerdo establecido en febrero de este año con el Fondo Monetario Internacional (FMI), organización que solicitó esos cambios para poder ayudar al gobierno ecuatoriano a saldar su deuda externa.

 

Las medidas reflejan una notable ineficiencia por parte del Estado para cubrir las necesidades básicas de su población, por lo que se en las últimas semanas se desataron una serie de manifestaciones por parte de la población, principalmente de los grupos indígenas, que han salido a las calles por su inconformidad y su desacuerdo con las afectaciones ocasionadas por la implementación de las reformas.

 

La reacción inicial del gobierno tuvo a la represión como su principal matiz, así lo demuestra el toque de queda y la activación del Estado de excepción decretados el 13 y 14 de octubre de 2019. A pesar de esto, el domingo 13 de octubre se llevó a cabo el diálogo entre las partes afectadas logrando la derogación del decreto 883 que eliminaba los subsidios a los combustibles, poniendo fin a las protestas.

 

En este contexto, la crisis ecuatoriana se da en un escenario regional complejo en el que llama la atención el apego repentino que el gobierno ecuatoriano ha tenido con el gobierno estadounidense, situación que diversas voces consideran, refleja una traición a la población de este país latinoamericano.

Itzel Ahuactzin

Estudiante de la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad del Valle de México. Ha fungido como auxiliar analista en la Secretaría de Relaciones Exteriores en la región de Centroamérica y el Caribe. Asimismo, ha cursado y acreditado diversos de actualización sobre Derecho Internacional Público y sobre la región de América Del Norte.