Santiago Nieto: De la sima a la cima en la 4T
Editorial
@tempomxcom
Si dicen que la vida da vueltas, cuando nos referimos a la arena pública, es más preciso señalar que da vueltas y “re-vueltas”. En la 4T el ejemplo más claro de esta expresión es el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Santiago Nieto Castillo, quien también ha actualizado aquella frase de la jerga política que versa “los carniceros de hoy serán las reses del mañana”.
El 20 de octubre de 2017, la entonces PGR cesó a Santiago Nieto Castillo de la Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE). Dicha destitución se dio días después de que el hoy empoderado Nieto Castillo expresó que Emilio Lozoya Austin, exdirector de Pemex lo presionó para que declarara públicamente su inocencia por presuntos desvíos de Odebrecht al PRI durante la campaña presidencial de 2012.
Días antes, el 16 de octubre de 2017, Raúl Cervantes Andrade había presentado su renuncia como Procurador General de la República, decisión que dijo era para no entorpecer la transición a la Fiscalía, aunque todo parecía indicar que el PRI gobierno, pretendía convertir a Cervantes Andrade como el primer Fiscal General de la República. Evidentemente eso no sucedió y fue hasta enero de 2019 que se logró construir el consenso necesario para que Alejandro Gertz Manero ocupe tan importante encargo.
Es decir, quien instruyó la destitución fue el Procurador Interino Alberto Elías Beltrán. Esta ilegalidad que avanzó con el apoyo de la mayoría priista en la LXIII Legislatura del Senado de la República sometió a Nieto Castillo. A dos años de distancia, la coyuntura política es totalmente distinta. Odebrecht es el caso más emblemático de la corrupción de la pasada administración, Lozoya Austin lleva meses siendo prófugo de la justicia y la UIF es la instancia responsable de investigar al exdirector de Pemex. Nadie o muy pocos habrían augurado la realidad que hoy se vive.
El 22 de mayo de 2018 el extitular de la FEPADE reapareció al lado del entonces candidato Andrés Manuel López Obrador en un mitin celebrado en el municipio de Tlaquepaque, Jalisco, donde le presentó propuestas para blindar las elecciones y evitar la compra de voto. El 1º de julio de 2018, la coalición Juntos Haremos Historia recibió la confianza de más de 30 millones de mexicanos y así llegó el primer gobierno de izquierda a nuestro país. Como Presidente electo, en septiembre del año pasado AMLO anunció que Santiago Nieto sería el titular de la UIF.
En 2017 Nieto Castillo fue echado por la puerta de atrás al ser acusado de “violar el código de conducta” de la FEPADE y en 2018 regresó como el hombre designado por el Presidente de la República para emprender la lucha contra las redes de lavado de dinero. El 1º de diciembre de 2018 asumió como titular de la UIF y en menos de un año se ha convertido en el funcionario más empoderado de la 4T.
La lectura de las acciones emprendidas para combatir la corrupción desde la UIF tiene al menos dos grandes vertientes. Por un lado, hay elementos suficientes para decir que ha sido eficaz, profesional y con legalidad; por otro lado, sin desacreditar en su totalidad el primer escenario, se advierten investigaciones inquisitivas que llegan a convertirse en persecuciones políticas y hasta en venganzas personales.
El protagonismo que ha tomado el titular de la UIF en la 4T es de tal dimensión que en diferentes momentos ha solicitado a la Cámara de Diputados y al Senado de la República reformas legales y constitucionales para robustecer sus facultades. Lo anterior, ha sido bien recibido por el Congreso y la fracción mayoritaria. Legisladores de morena en la Cámara Alta presentó una iniciativa para que la UIF participe como invitada permanente en las reuniones del Comité Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), bajo el argumento de fortalecer el combate del lavado de dinero.
Otros casos que ponen en relieve el empoderamiento de la UIF y su titular son la reclusión de Rosario Robles, la renuncia de Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la renuncia de Carlos Romero Deschamps a la dirigencia nacional del sindicato de Pemex.
Sin entrar en detalle sobre la honorabilidad o trayectoria de los personajes, existen varias coincidencias que al menos dan señales de acciones que acorralan hasta someter. Dados los antecedentes de los personajes es muy probable que las investigaciones terminarán por acreditar la probable responsabilidad y eventualmente la culpabilidad; pero lo cierto es que en los últimos meses hemos visto el desmedido empoderamiento de un funcionario que pareciera no rendir cuentas a nadie.
El gran dilema es si el afán de protagonismo podrá coexistir con la exigencia social de combatir y erradicar la corrupción en nuestro país; o si en unos años, el actual carnicero se convertirá en la res del mañana a causa de una desproporcionada y hasta obsesiva persecución. Será esclarecido por el juicio de la historia, ese del que nadie puede escapar.