Alejandra Cerecedo Constantino
@alejandraconst
El pasado 2 de enero nos avisaron en el grupo de comunicación social de los sectorizados la Secretaría de Hacienda, que este 2020 sería el año de “Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria” y nos pidieron adecuar toda la documentación oficial para incluir la leyenda mencionada.
Al momento de enterarme, en la primera que pensé fue en la Dra. Celia del Palacio, ganadora del Premio Miroslava Breach de periodismo, a quien me tocó entrevistar en dos ocasiones; cuando presentó en Toluca su libro “Adictas a la insurgencia” sobre las mujeres de la independencia y cuando presentó la novela “Leona”, que le regalé a mi mamá autografiada por ella.
El año pasado a la Dra. Celia le diagnosticaron cáncer de mama, por fortuna ya está terminando su tratamiento. Cuando me enteré le mandé el decreto y le deseé que siguiera siendo tan guerrera como hasta ahora.
Ese día, también recordé una reunión a la que nos convocaron el año pasado en el antiguo Museo del Arzobispado; una jornada de trabajo sobre costos institucionales del hostigamiento sexual, acoso sexual y comunicación incluyente, dirigido a titulares de las unidades de género y de las direcciones de comunicación social de la SHCP.
Entre las mujeres que conformaban las mesas de diálogo se encontraban la Mtra. Alexandra Hass, ex Presidenta del CONAPRED, representantes del INMUJERES, de la CNDH, de la Unidad de Igualdad y Género de la SHCP y especialistas en feminismo, medios de comunicación y nuevas tecnologías.
Para nuestra sorpresa, comenzaron analizar las campañas de comunicación social de nuestros sectorizados; muchos habían subido imágenes que consideraban con contenido sexista. En nuestro caso, únicamente mostraron una imagen de la estructura jerárquica de los cuatro principales directivos, quienes eran hombres.
Por la tarde le comenté a mi jefe. Al día siguiente bajó y me pidió explicarle lo que habían comentado en el foro. Le conté, él se quedó pensando y reiteró que efectivamente los cuatro principales cargos directivos estaba ocupados por hombres, también los Vocales de la Junta de Gobierno. Me dijo que había probabilidades de que la próxima Secretaria Adjunta fuera mujer. Meses después, se integró una mujer.
Quizás fue la misma sonrisa que puse al saber que sería el año de Leona, la sonrisa que pongo al darme cuenta de cómo influyen las pequeñas acciones para que cada vez sean más mujeres (capaces), las que lleguen a diversos cargos directivos.
A mi mamá le encanta el personaje de Leona, en una ocasión le iba contando a un chofer del Uber toda la historia de la novela, “Ella sí fue una verdadera insurgente, la otra nomás porque dio tres taconazos” refiriéndose a Josefa Ortiz de Domínguez, que de acuerdo con algunos historiadores, fueron golpes a la pared en lugar de taconazos, lo cual no le quita el gran mérito.
Si bien 2019 fue un año en el que las mujeres tuvimos un despertar importante en cuestión de exigencia, de feminismo, de lucha, de paridad; 2020 es un año que trae muchas más oportunidades, más espacios desde diferentes trincheras.
Sin duda será también, un año en el que se seguirán exigiendo los derechos y condiciones mínimas que requerimos para salir a la calle. Leona está en cada mujer que lucha para que un día podamos vivir sin miedo, aunque se tengan que pintar monumentos para ser escuchadas, para tomar acción. Por un año de nosotras, las Leonas.
