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Por Pamela Robles

@_PamRo_

 

En pocos días estaremos celebrando el “Día del amor y la amistad”, un día en que la mercadotecnia nos hace gastar dinero en chocolates, flores, osos de peluche, pero no solo eso, también a algunos nos hace pensar acerca del amor y la existencia de él.

Para escribir este artículo comencé la búsqueda del amor verdadero. Comencé en el diccionario, donde encontré la definición del amor verdadero como “sentimiento de afecto y compromiso genuino que una persona siente por otra”. Esta escueta definición, nos hace pensar que el amor se siente por una persona más y que nos lleva a comprometernos con ella. No me convenció nada.

Entonces seguí mi búsqueda en la ciencia, ¿quién mejor que los psicólogos para explicar los sentimientos? Encontré que en la Universidad de Palermo en Argentina, realizaron un estudio acerca del amor y la principal conclusión fue que “El amor se manifiesta en las personas como un sentimiento positivo que provoca felicidad y alegría en la inmensa mayoría de la población”. Es decir, que todo aquello que yo ame, me provocará felicidad.

Entonces, ¿qué pasa con el sufrimiento cuando el ser amado me deja de amar y me abandona? yo sigo sintiendo amor, pero no me da alegría. Me duele, me angustia y hasta me enoja.

Esta interrogante hizo que prosiguiera con mi búsqueda la cual me llevó a leer algo de Sigmund Freud, quien hablando de amor contrapone dos conceptos: el amor y el odio.

Freud explica que la teoría psicoanalítica precisa que la pulsión de vida busca, por un lado, unir y conservar, por otro destruir y separar. Y que estas dos pulsiones de vida se alimentan mutuamente. Así que este dicho “del amor al odio, solo hay un paso” se explica por la intensidad que estos dos sentimientos conllevan.

Me pregunto yo ¿Esto es el verdadero amor? ¿De un día al otro se vuelca del lado contrario?

Mi búsqueda me llevó al otro lado mundo, donde la doctrina budista nos habla de que el amor verdadero es la capacidad de sentir compasión por el otro y elimina el sufrimiento. Amar es iluminar con energía positiva el camino del otro, desear su felicidad eterna, sin importar que sea recíproca. 

Este concepto concuerda con la primera definición del diccionario: sí es un sentimiento de afecto genuino. Sí provoca felicidad por el solo hecho de desear la felicidad a otro, no por recibir algo a cambio, como lo demostró el estudio de la Universidad de Palermo.

¿Y qué creen? Terminando mi búsqueda encontré el verdadero amor en una frase: “Necesito amarme, para amarte”. Y sí, el amor verdadero somos nosotros mismos. Debemos de darnos afecto, comprometernos con nosotros mismos, cuidarnos, hacer cosas que nos den felicidad y alegría, tenernos compasión y eliminar nuestro sufrimiento, así conoceremos el verdadero amor y podremos ofrecerle lo mismo a los demás. No podemos dar lo que no tenemos. 

Así que este 14 de febrero compren esos chocolates para ustedes, háganse una rica cena, díganse que se aman con todo su corazón. Será la mejor manera para pasar el “Día del amor y la amistad”.

Pamela Robles

Es diseñadora gráfica y mercadóloga. Trabajó en reconocidas agencias de publicidad como directora de arte, fue gerente del periódico Imagen en el estado de Veracruz y profesora de Marketing a nivel licenciatura. Consciente de sus emociones y en continua búsqueda de la felicidad.