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Por Salvador López Santiago

@sls1103

El domingo 7 de junio comenzó la cuenta regresiva para la jornada electoral a celebrarse el primer domingo de junio de 2021 (en términos del artículo 22, numeral 1 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales). A un año de renovar la integración de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, la conformación de 30 Congresos Locales y casi 2 mil alcaldías –más de 18 mil 500 cargos en total–, es oportuno comenzar a identificar los elementos que nos permitan asistir a las urnas de manera responsable e informada.  

Las aristas de análisis son diversas, y entre ellas se encuentra la forma en la que las personas que sean precandidatas y posteriormente candidatas, busquen conectar con la ciudadanía. Lo anterior implica cuestiones tales como: ¿qué lema elegir como bandera?; ¿a qué temas dar prioridad en sus agendas?; ¿qué compromisos asumir?; ¿qué imagen transmitir?; ¿qué narrativa promover?; y todo lo que impacte en la percepción ciudadana y en consecuencia, el sentido del voto popular. 

En este orden de ideas, la mercadotecnia política adquiere gran relevancia, al ser el conjunto de técnicas de investigación, planificación, gestión y comunicación que se utilizan en el diseño y ejecución de acciones estratégicas y tácticas a lo largo de una campaña política, tanto electoral como de difusión institucional. Su objetivo radica en lograr que el partido político o el candidato pueda comunicar lo que propone, estar presente en los medios de comunicación e interactuar con la ciudadanía; asimismo, busca informar los acontecimientos, cambios, estructuras y todo lo que permita a los ciudadanos comprender el espacio en tiempos electorales. 

Es oportuno tener en cuenta que las campañas electorales constituyen un conjunto de nuevos desafíos para los candidatos y los partidos políticos. Algunos de ellos son conocer lo que la gente quiere; ordenar esas demandas en una plataforma asequible; ofrecer ese programa y difundirlo mediante un diálogo democrático, a fin de que el mayor número de votantes se adhiera a las propuestas que se impulsan. Desafortunadamente, parte de la oposición ha dejado claro que la tesis de sus campañas será la desinformación, la agresión y discursos maniqueos que hablen de un fracaso gubernamental como si las problemáticas nacionales hubieran comenzado el 1 de diciembre de 2018. 

Aunque formalmente no ha iniciado el proceso electoral 2020–2021, lo cierto es que tan crucial fecha está más próxima de lo que parece. En este proceso, sin duda, la mercadotecnia política tendrá un peso preponderante, basta remitirnos a lo ocurrido en la elección histórica de 2018, cuando AMLO ganó con más del 50% de los sufragios emitidos, resultado que en gran medida fue producto de la forma en que conectó con la ciudadanía a través de un lenguaje sencillo y con frases que todavía hoy, forman parte del colectivo social. 

En una época como la actual, en la que la información se difunde a velocidades nunca vistas, la forma en la que se comunica y lo que se comunica es una parte fundamental de las aspiraciones de las personas que pretenden ocupar un cargo de elección popular. 

Salvador López Santiago

Es Licenciado en Derecho por la UNAM, Maestro en Ciencia Política por la UPAEP, Maestro en Derecho Electoral por la EJE del TEPJF y cuenta con estudios de posgrado en Derecho Parlamentario en la UAEMéx. Fue Consejero Electoral Distrital en el Instituto Federal Electoral (IFE) y en el Instituto Nacional Electoral (INE) durante los Procesos Electorales Federales 2011-2012 y 2014-2015, respectivamente. Asimismo, se ha desempeñado como asesor legislativo en el Senado de la República de noviembre de 2012 a la fecha, en la LXII, LXIII, la LXIV y la LXV Legislatura. Desde enero de 2020 es director editorial en Tempo, Política Constante.