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Por Raymundo Moreno Ibáñez 

@Ray_More_CNC

En los próximos días y semanas, cada vez más, comenzaremos a ver notas periodísticas, estudios, entrevistas, opiniones, encuestas, sondeos, publicaciones y todo tipo de información relacionada con las elecciones del año 2021. Lo anterior, hace obligatoria una profunda reflexión sobre la nueva forma de hacer política y, al respecto, comienzo diciendo que es tiempo de hacer política de la buena, de esa que suma a partir del acuerdo y no a la imposición; la que atiende a la razón y no al ego personal; la que se guía por el progreso social y no por la ambición del poder alrededor de una figura. 

En este análisis surgen preguntas como ¿en qué realidad nos encontramos?; ¿por qué es importante replantear la forma de hacer política, desde lo municipal hasta lo federal?; ¿por qué la nueva forma de hacer política debe comenzar en lo municipal?; ¿qué es la nueva forma de hacer política?; ¿por qué se debe avanzar en esa dirección? 

Por lo que respecta al contexto que atravesamos, es claro que el coronavirus ha puesto a prueba a todos, comenzando por el gobierno y la clase política, así como empresarios e inversionistas; pero también ha impuesto desafíos a la población, no solo en lo que tiene que ver con el tema de la salud (el más importante, pero no el único) principalmente aquellas familias que van al día y aquellas en donde uno o varios de sus integrantes han perdido sus empleos a causa de la pandemia. Esas y otras problemáticas, como nunca han puesto en evidencia la impostergable necesidad de ponderar qué estamos haciendo bien y qué podemos corregir quienes nos dedicamos al servicio público. 

Al ubicarnos en el terreno de lo político, tenemos que la sociedad cambia constantemente y la política no puede abstraerse de dicha dinámica. Hasta hace unas décadas, la ciudadanía solo tenía interacción con el ámbito político durante los procesos electorales y después de votar, se volvían a concentrar en sus actividades privadas. Ahora no es así, con la grandiosa herramienta que representan las redes sociales, quienes estamos en el servicio público, todos los días estamos bajo el escrutinio de la población, debido a una nueva forma de hacer política. 

La nueva forma de hacer política, parte del hecho de que vivimos en una época en donde el vínculo entre el ciudadano y los representantes populares, permanentemente se reestructura y readapta a la dinámica que impone la evolución de los medios de comunicación tradicionales como la radio y la televisión; y por supuesto, el auge de las redes sociales. La manera en la que llevamos a cabo esa interacción en esencia, es la nueva forma de hacer política. 

Así como el municipio es el primer contacto que la ciudadanía tiene con el Estado, el municipio también debe ser la primera instancia desde la cual se debe impulsar una nueva forma de hacer política, concepto que aunque pareciera contradictorio, no es nuevo, sino que más bien se encuentra en un proceso que comenzó con la nueva forma de interactuar entre la población y el Estado. En el caso mexicano, podríamos decir que inició en la década de los setenta con la reforma política promovida por Don Jesús Reyes Heroles en 1977 y que fue avanzando con la vocación democrática de gobiernos emanados del PRI, a propósito, pese a quien le pese, el PRI es el instituto político que ha creado las instituciones que tutelan la democracia y la protección de los derechos humanos, esas que hoy pretenden ser destruidas de un plumazo cuando le incomodan al partido en el poder. 

Regresando al tema de la nueva política, este concepto se ha hecho más importante con la explosión tecnológica que principalmente es palpable con las plataformas digitales. Para tener idea de lo trascendente que es la nueva forma de hacer política y el uso adecuado de las redes sociales, vale la pena enunciar algunos datos: en México existen 82.7 millones de usuarios de internet, de los cuales, ocho de cada 10 utiliza internet para conectarse a las distintas redes sociales que hay actualmente, siendo las más usadas Facebook, WhatsApp, Youtube, Instagram y Twitter. 

Estando en una sociedad en la que, de una u otra manera, todos los días la población está pendiente de la información sobre las acciones de gobierno, sobre los contenidos que comparten en sus redes sociales quienes se desenvuelven en la vida pública; y en la antesala del proceso electoral más grande de la historia de México, nuevamente tenemos la oportunidad de caminar al lado de la gente, comunicarnos con frecuencia y generar círculos virtuosos que busquen el desarrollo colectivo. 

En el PRI, hemos aprendido de las fallas que tuvimos en el pasado y estamos conscientes de los retos que vienen, por ello es de la mayor importancia interactuar adecuadamente y difundir información real, actual, objetiva y útil para la población; pero también lo es el autoanálisis, la sana crítica al interior  y el compromiso de corregir lo que se deba corregir. Así lo haremos, con responsabilidad y sin demagogias. 

En estos dos años ha quedado demostrado que la improvisación, la soberbia y los oídos sordos son los peores enemigos de la nueva forma de hacer política. En el PRI, sus organizaciones y sus sectores entendemos que en las próximas elecciones, uno de los principales retos consiste en generar las mejores propuestas y que las mismas sean comprendidas y bien recibidas por la ciudadanía. Solo así podremos superar la vieja política del Siglo XXI, partiendo de lo municipal (el primer contacto de la ciudadanía con sus autoridades y representantes). 

Raymundo Moreno Ibáñez

Raymundo Moreno Ibáñez es Licenciado en Contaduría Pública y cuenta con diversos Diplomados en materia de Finanzas. Su trayectoria profesional se ha enfocado en el servicio público. Es militante del PRI y dirigente agrario en el municipio La Paz, Estado de México, donde realiza diversas gestiones en beneficio de la economía de las familias mexiquenses. Asimismo, fue diputado federal suplente en la LXIII Legislatura y es un referente político en la zona oriente de la entidad.