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Por Javier Santiago Castillo

@jsc_santiago

La transparencia y el acceso a la información son el primer paso para prevenir y combatir la corrupción. Palabras más, palabras menos, esto son los argumentos sostenidos, el miércoles 14 de octubre cuando comparecí ante el Senado como aspirante a ser comisionado del INAI. Dividí mi intervención en tres apartados.

PRIMERO. La situación de la transparencia y de la protección de datos personales. Hoy en día el andamiaje normativo está consolidado con las Leyes Generales de transparencia, protección de datos personales y archivo, lo cual permite realizar acciones para recuperar la confianza de las personas en las instituciones y coadyuvar a la integridad en la función pública, para que sea un mecanismo preventivo para contener la corrupción y combatirla.
Algunos datos respecto a 2019: Ingresaron 279 mil 984 Solicitudes de Información Pública, tiempo promedio de respuesta 13 días hábiles. El INAI Resolvió 15 mil 970 medios de impugnación en materia de acceso a la información; el Pleno modificó, revocó u ordenó al sujeto obligado entregar la respuesta complementaria, el 67% de los casos. Además, recibió mil 724 medios de impugnación en materia de protección de datos personales

SEGUNDO: La Coyuntura, es compleja. La pandemia ha mostrado los rezagos históricos del sistema de salud pública, aceleró la caída de la economía acicateó la polarización entre detractores y partidarios del gobierno. El discurso está en los extremos de la intolerancia y las expresiones de odio. Las élites políticas y empresariales muestran su fragilidad al no ser capaces de dialogar en la diferencia. A lo anterior hay que agregar el recrudecimiento de la violencia delincuencial. Asoman nubarrones riesgosos para la estabilidad y gobernabilidad políticas.

Cuando se aspira a ocupar la responsabilidad en una institución autónoma del Estado, es obligado asumir una postura. Su servidor, políticamente viene de lejos, desde hace 48 años está en la brega poniendo sus granos de arena para contribuir a la transformación pacífica del país buscando el mayor bienestar de la población, conoció tiempos difíciles para la actuación política independiente. Por eso está convencido de que, más allá de coincidencias y discrepancias con el proyecto del gobierno actual o de simpatía o desagrado por la personalidad del gobernante, sí ganó la presidencia en las urnas, el cambio de proyecto deberá efectuarse de la misma forma: por medio del sufragio popular. Cuidado, mucho cuidado con despertar al México bronco.

El INAI como institución autónoma tiene la responsabilidad coadyuvar a la gobernanza del país y ampliar el camino en la construcción del Gobierno Abierto. Para ello debe asumir responsablemente el ejercicio de su autonomía constitucional y ser puente que contribuya a la funcionalidad de la relación entre las gobernantes y gobernados, en un asunto toral, para avanzar en el empoderamiento de los ciudadanos frente al poder. La mejor forma de hacerlo es actuando apegados a la legalidad y protegiendo los derechos de acceso a la información y protección de datos personales, como el primer paso en la rendición de cuentas.

TERCERO: Hacia donde ir. Para reflexionar en la definición del rumbo a seguir del INAI son útiles diversos datos. En el Índice de Percepción de la Corrupción (2019), de Transparencia Internacional, México se ubicó en la posición 130 de 180 países evaluados, en 2018 ocupó el lugar 138. En la evaluación (2019) realizada por la Asociación Internacional de Presupuesto (International Budget Partnership), sobre el Índice de Presupuesto Abierto, las calificaciones obtenidas fueron: transparencia, 82 puntos de 100; con lo que ocupa el 4to lugar entre 117 países calificados, México se posiciona como el líder del continente americano por encima del promedio de los países de la OCDE, únicamente por debajo de Nueva Zelanda, Sudáfrica y Suecia; en Parlamento Abierto obtuvo 32 puntos, y en vigilancia del presupuesto 59.

Por otra parte, la Encuesta Nacional de Acceso a la información Pública y Protección de Datos Personales 2019 (INEGI), señala que el 46% de los entrevistados identificó al INAI. El 72% considera que todos tienen derecho a conocer la información que genera el gobierno. Sólo 16% consultó una página de internet del gobierno durante el 2019, De ellos, más del 66% no encontró la información deseada o no tenía las características idóneas. Respecto de los datos personales, lo que más preocupa a la población son: 1) el uso indebido de tarjetas de crédito; 2) número celular y 3) su dirección. El 55% de los mexicanos tiene conocimiento de una ley que protege los datos personales y sólo el 10% mencionó a la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares.

Los datos de los organismos internacionales revelan un avance en la disminución de la percepción social sobre la corrupción y con baja evaluación en la instrumentación y ejercicio del presupuesto. Los datos de la encuesta del INEGI muestran desconocimiento del INAI e insatisfacción con la información presentada por las instancias gubernamentales. La población no se ha apropiado de la transparencia como un instrumento que sea un paso para la rendición de cuentas, pues el porcentaje de la población que consultó las paginas fue reducido. El mayor interés de la población se encuentra en la protección de sus datos personales, pero de igual manera el número de personas que conoce la ley y, en consecuencia, sus derechos, es reducido.

Por su parte, para ser eficaz, la actuación de las autoridades debe ser coherente y consistente para que hacer efectivo el ejercicio del derecho. No puede quedarse sólo en un buen ejercicio comunicativo, sin el respaldo documental. Pero en las debilidades y deficiencias del sistema encontramos, al final de cuentas, áreas de oportunidad para mejorar, si somos capaces de construir una sinergia interinstitucional.

Dos comentarios finales: Transité por la vida partidaria 25 años, soy fundador del Partido Mexicano de los Trabajadores, al lado de Heberto Castillo, Demetrio Vallejo, Luis Villoro y otros luchadores sociales; además fui dirigente nacional durante once, de sus doce años de vida. Fui militante de base del Partido Mexicano Socialista y del Partido de la Revolución Democrática. De esta actividad partidaria estoy orgulloso porque transité por ella con honradez, congruencia y dignidad y, en aquellos tiempos difíciles, un par de veces fui visitante distinguido de la prisión y la vida estuvo en riesgo. La actividad partidaria la abandoné durante el primer lustro de los años noventa. De ninguna manera me avergüenzo de mi pasado, porque soy lo que soy, por lo que he vivido.

Ante la pregunta ¿qué puedo ofrecer al INAI? La respuesta es, además de mi experiencia política, la del ámbito institucional, al participar en la fundación de cuatro instituciones. Fui consejero electoral distrital del naciente Instituto Federal Electoral, en 1991. Para 1999, fui designado Consejero Presidente del recién creado Instituto Electoral del Distrito Federal; en esa calidad, fungí como representante ante el Pleno del Consejo de Información Pública del Distrito Federal y en 2014, viví como consejero del consejo General, el nacimiento del Instituto Nacional Electoral. Agregaría 30 años como profesor universitario y 20 como investigador.

Esa experiencia me permite tener una perspectiva innovadora, manejo en el proceso de toma de decisiones colectivas, capacidad de resistencia a presiones políticas (porque los actores político de que recargan el caballo, lo recargan, cada quien en su estilo), disposición y apertura al diálogo con los actores sociales y políticos y tener oídos sordos ante el canto de las sirenas, porque sigo deseando un mundo en el que quepan muchos mundos y para eso no hay que dejar de caminar en medio de la tormenta con honradez, congruencia y dignidad.

P.D. La detención del exsecretario de la Defensa Nacional confirma que las personas de ninguna institución están exentas de las tentaciones del dinero fácil., porque como dicen las abuelas “en arca abierta hasta el más santo peca”. Por eso la Transparencia en la gestión pública es esencial para la legitimidad de cualquier gobierno.

Javier Santiago Castillo

Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública, con mención honorífica por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Candidato a Doctor en Ciencia Política en la misma institución. Es profesor titular “C” tiempo completo de la UAM-I, actuó en los 80's como coordinador nacional de capacitación electoral del Partido Mexicano Socialista; y representante de casilla del Partido Mexicano de los Trabajadores, de cuyo Comité Nacional formó parte. En los procesos electorales de 1991 y 1994 fue Consejero en el XXXVI Consejo Distrital Electoral del Instituto Federal Electoral en el D.F; se desempeñó como coordinador de asesores de Consejero Electoral del Consejo General en el Instituto Federal Electoral; representante del IEDF ante el Consejo de Información Pública del Distrito Federal; y Consejero Presidente del Instituto Electoral del Distrito Federal.