Por René Cervera Galán
Cuando Alexander Dumas les dio a los tres mosqueteros la consigna de todos para uno y uno para todos, señaló con la mayor claridad el sentido de la solidaridad, la que en el lenguaje popular se expresa como hoy por ti mañana por mí.
La solidaridad es entre iguales que a veces dejan de serlo, si en un momento determinado alguien está enfermo los que están sanos ponen lo que les corresponde para que sane en la inteligencia de que si la situación cambia ese alguien haría lo mismo por ellos.
En el ciclo de la vida la vulnerabilidad social cambia, la infancia es vulnerable las y los jóvenes menos, los adultos llegan a un momento climático y la vejez nos vuelve vulnerables de nuevo. Es un círculo vicioso que puede convertirse en un círculo virtuoso si a través de los impuestos los adultos se solidarizan con los infantes y los adultos mayores, en el entendimiento de que ellos fueron apoyados en su infancia y lo serán en el futuro. Olof Palme, ex primer ministro de Suecia, cuando le planteaban bajar los impuestos solía responder que los impuestos que se maldicen de joven son los mismos que se bendicen de viejo.
Existen varios modelos de acciones solidarias, las que ejerce la comunidad cercana como es la iglesia, las uniones vecinales, los sindicatos y desde luego la familia. La que ejercen los gobiernos de manera selectiva en donde a través de un estudio se focalizan los apoyos y la de bienestar social en donde el Estado garantiza salud, educación, certidumbre económica y seguridad jurídica de manera universal.
En el marco del pensamiento marxista se entiende que los derechos son del sector productivo, que éstos se adquieren por ser trabajador. Posteriormente se aceptó que los derechos se adquieren por nacer en un espacio que los reconoce y la obligación central es hacer validos estos derechos para todos.
Desde luego existen quienes niegan la validez solidaria y están a favor de que cada quien procure solo por sí mismo, considerando que cada quien tiene lo que se merece como si no hubiera contradicciones sociales.
Con el neoliberalismo como doctrina política la función del Estado se fue reduciendo, aunque desde luego no al grado que deseaban sus seguidores, frases como la de no se vale gobierno rico y pueblo pobre se siguen oyendo, cuando lo que pretenden es que la opulencia se acomode en un diminuto sector de la sociedad y la miseria sea lo que se distribuya equitativamente
Como parte de la solidaridad se dan las llamadas acciones afirmativas que consisten en consideraciones a grupos históricamente afectados como es el apoyo a madres solteras, la paridad de género en el cuerpo legislativo, el apoyo de la pensión a los adultos mayores de la población indígena tres años antes que al resto.
Acciones que deben revisarse a la manera de ver de quien esto escribe, porque si bien es cierto que no se puede tratar igual a los desiguales, hay que tener el cuidado de que no descontextualicen el sentido de justicia que hay en las políticas solidarias.
A un niño o niña se le debe proteger porque es infante no porque es hijo de madre soltera ya que este señalamiento lo lastima el resto de su vida, y no es justo que las aventuras del garañón las pague la manada y en el fondo a quien se beneficia de mayor manera es al padre irresponsable.
El apoyo a los adultos mayores indígenas tres años antes que la de los adultos mayores criollos o mestizos está bien porque los grupos originarios viven menos años que el resto de la población, pero esto no implica dejar de buscar las políticas de salud que emparejen la longevidad.
Las mujeres y los hombres deben de ganar lo mismo si producen lo mismo, pero sin dejar de luchar por mejor salario para ambos.
Los impuestos en general no son altos o bajos por sí solos, es la relación como todas las cosas de lo que das por lo que recibes.
Con el modelo neoliberal se procuró la disminución de Estado en su ejercicio de ser el responsable de la equidad social y su actividad se sustituyó con entidades filantrópicas.
La diferencia entre solidaridad y filantropía es que como ya lo mencioné, la solidaridad es entre iguales y la filantropía es entre un ente poderoso que tiene bondad y ayuda a los pobres, así que requiere de ricos aparentemente bondadosos y de necesitados agradecidos.
Un ejemplo es el futbol profesional en el que un gol puede ser por la salud, la educación o por la alimentación, una empresa filantrópica dona un tratamiento para la salud, o una despensa para una colonia humilde, o apoya la educación con computadoras a una escuela. Es decir, si el marcador queda en ceros ya se amoló quien requiere tratamiento para su salud, igual que la familia humilde ya no comió y los alumnos seguirán mal educados por la carencia de computadoras. Si el árbitro anula un gol deja a un niño sin operación posiblemente, si la pelota se estrella en el marco la consecuencia es hambre para una familia, un buen portero se convierte en un ser antisocial igual que lo es en este sentido un mal delantero.
La filantropía de particulares es un poder económico que pasa a ser poder político si en sus manos esta quien come, quien se cura y quien se educa. Hay Organizaciones No Gubernamentales de todo tipo y muchas son brazos extendidos de poderosas empresas que con sus apoyos reducen sus impuestos e influyen en los proyectos públicos sin necesidad de ser electos. Se sabe de Fundaciones que apoyan a grupos que se niegan a rendir cuentas a sus gobiernos, pero si lo hacen con fundaciones internacionales y los grupos financiados consciente o inconscientemente trabajan para sectores de inteligencia.
Tengamos presente que, si los poderes de facto rebasan a los poderes electos, la democracia pierde su sentido. Si la salud, la educación y la seguridad social es publica no hay garantía de un buen resultado al 100%, pero mientras existan alternativas en este sentido la mejor manera de evolucionar es con educación cívica para que por medio del voto se pueda exigir mejores condiciones de vida. Si es privada solo aceptando el aumento del costo se puede exigir calidad. Y automáticamente se reduce el número de beneficiados.