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Por René Cervera Galán

Ya inició el proceso para elegir autoridades que administrarán este país. Podemos escribir gobernar, pero eso depende de qué tanto permitan las autoridades de facto a quienes sean electos incidir en la vida colectiva de México.

Participarán 10 partidos políticos, pero esto no significa tener 10 opciones políticas. El panorama no da para mucho optimismo. De las entidades que participan al menos 9 vienen de la misma escuela que es el PRI y la que no tiene ese origen, que es el PAN, es la que desde un principio estuvo a favor de las privatizaciones y concesiones que nos despojaron de patrimonio nacional y demás políticas públicas compartidas con el PRI pro neoliberal, que nos condujeron a la situación y que pese al esfuerzo que presume el gobierno actual, aún prevalece.

Hay nuevos protagonistas políticos, por ejemplo, está Lupita Jones ex miss universo, Paquita la del Barrio, Blue Demon, boxeadores, actores, actrices y otros personajes por el estilo, pero en términos generales hay una repetición de los mismos políticos, sólo que algunos de los que conocimos en determinado partido hoy compiten con otro logotipo sin que esto signifique que lo hagan con un cambio de actitud.

Parece ser que, si te pasas del PRI, el PAN, el PRD u otro partido político a MORENA, cruzas por el camino de Damasco y te conviertes de izquierda milagrosamente.

Lo que no se ve ni se percibe. Es un pensamiento claro que nos de certidumbre sobre el futuro.

El ambiente es áspero, el conflicto no sólo es entre partidos políticos. Se ha generado un clima ríspido entre feministas, gobierno y sectores de la sociedad, también entre la institución encargada de garantizar que se respete la voluntad de los electores y candidatos del actual partido oficial, porque ya sea por aplicación de la ley o porque así la interpretan deciden de tal manera que en la mesa que tiene forma de herradura el voto de los consejeros se pone por encima de lo que con toda libertad digan las urnas y de igual o similar manera sucede con las determinaciones que toman jueces al decidir que su entendimiento vale más que la del poder ejecutivo y legislativo juntos.

Hay un ambiente que descalifica inmediatamente, cerrándose al diálogo. Así que toda diferencia con el presidente convierte al disidente en conservador, porque el presidente de la República se congela en el tiempo y le pide a la España socialista que le pida perdón al imperio Mexica por la conquista de hace 500 años, pero a los tlaxcaltecas los exonera e insiste en calificar de conservadores aun a quien lo rebasa por la izquierda porque vive en la época del juarismo.

Pero de igual manera sucede una pronta descalificación, si se exige que la igualdad de género signifique igualdad de todo género y que se actué contra toda violencia y no parcialmente. Esto da lugar a convertirte en misógino machista en el vocabulario de un sector social.

Si solicitamos mayor equidad social ya somos comunistas, si afirmamos que no todo debe quedar a capricho del mercado, que la salud no puede estar sujeta a la ley de la oferta y la demanda, ya somos estatistas, si demandamos un poco de piedad para los pobres, somos populistas.

El proceso electoral es la coyuntura que da lugar a pensar en los otros, vamos a decir nosotros. Somos un Estado conformado por diversas naciones sujetas a las mismas leyes, con un territorio compartido y, lo más importante, con la proyección de un futuro común, y es el momento de propiciar un debate serio que genere convicciones y no imposiciones, un diálogo que dé lugar a un debate constante sin tabúes, ni descalificaciones precipitadas, que ponga a los ciudadanos de mayor sensibilidad social en los cargos de mayor responsabilidad, en donde la buena voluntad este acompañada de talento.

Esta elección pondrá punto final a partidos que ya tienen varias elecciones en el limbo y tal vez, expresando un deseo propio, encuentre a través de este texto con quien compartir la esperanza de que para la otra elección, encontremos en la boleta una opción diferente con políticos que tengan un pensamiento nutrido de lectura, con revisión histórica, analogía con otras naciones, para que la experiencia, del diálogo constante ofrezca un diagnóstico preciso sobre la razón de nuestros problemas y soluciones que se compartan con espíritu parlamentario. Todo esto en el entendimiento de que las soluciones no están en el voto por si solo, sino en nuestro civismo político y en quien votamos.

René Cervera Galán

Compositor y autor del libro Entre el puño y la rosa (visión de La Socialdemocracia), así como de In memorian Olof Palme, La democracia es una fiesta y Antojos literarios. Ex representante del Partido Humanista en el IECM y conductor del programa La Orquesta Filosófica [email protected] En Tempo, publica artículos de análisis político en la sección “Entre espejos y ventanas”.