Por Raymundo Moreno Ibáñez
@Ray_More_CNC
A unos días de celebrar la jornada electoral del 6 de junio de 2021, es obligado hacer un llamado a todos los actores involucrados a conducirse con altura de miras, madurez política y civilidad en el desarrollo de los comicios. Los ciudadanos esperan de los partidos políticos, de sus candidatas y de sus candidatos, claridad en sus propuestas, responsabilidad en sus manifestaciones y respeto total a la voluntad que sea depositada en las urnas —algo difícil de creer en quienes anticipadamente acusan un presunto fraude en caso de no ser favorecidos con la confianza ciudadana—.
México requiere de la buena política, esa que suma y no divide; esa que propone y no difama; esa que construye acuerdos y no busca polarizar; esa que habla con argumentos y no con discursos incendiarios. Como militante del PRI, lo digo con toda franqueza, si bien es cierto que en nuestro instituto político hay compañeros con actuar cuestionable, también lo es que la mayoría de priistas sabemos hacer buena política. Asumimos y aprendimos de los errores del pasado; y a partir de ello, hemos reconfigurado al Gran Partido de México para reivindicarnos con la ciudadanía.
Aunque esa buena política va más allá de colores o de personajes —por más carismáticos que sean—, en el trascurso del actual proceso electoral ha quedado claro que un porcentaje considerable del partido oficial no está dispuesto a supeditar el interés de su grupo al de la nación, esa misma nación que creyó en ellos y esa nación a la que le han fallado rotundamente, por más que lo nieguen; por más que distorsionen la realidad; y por más que se empeñen en seguir culpando al pasado cuando fallan —incluso de las acciones emprendidas en su gobierno—. ¡No han estado a la altura de las expectativas!
En la arena nacional, se ha establecido un falso debate que divide a los partidos en buenos y malos, línea discursiva que se está replicando en cada estado, en cada municipio y en cada colonia. Pero con todo y eso, en el marco de las elecciones 2021, desde el PRI hemos realizado campañas propositivas con proyectos que responden a las necesidades de la sociedad y desde luego, que son viables. Nuestras candidaturas son ocupadas por políticos profesionales y no por improvisados; y quienes quedamos fuera en el proceso interno, entendemos que la buena política no es de personas, sino de convicciones y por eso acompañamos a la coalición ¡Va Por México!
En el Estado de México, mientras los aspirantes de Morena y sus aliados a diputaciones, regidurías o presidencias municipales se peleaban vorazmente entre ellos, en el PRI pusimos en primerísimo lugar al bien común. Mientras ellos alardeaban de encuestas que nunca se dieron a conocer, en el PRI deliberamos un proceso interno responsable y transparente. Mientras ellos mostraron una ambición desmedida por el poder, en el PRI hemos estado a la altura del tiempo que vivimos. Los más de 12 millones mexiquenses que saldremos a votar, vamos emitir nuestro sufragio para renovar el Congreso Local: 45 diputaciones de mayoría relativa y 30 de representación proporcional; así como 125 presidencias municipales, 1,856 regidurías y198 sindicaturas.
En el caso de La Paz, municipio en el que radico, los priistas llegamos llenos de entusiasmo al día de la jornada electoral porque nuestros candidatos han caminado en unidad y con cercanía a la gente; hemos realizado una campaña seria con jornadas de trabajo que iniciaban desde muy temprano y concluían hasta altas horas de la noche; se ha caminado todo el municipio y en todos los lugares hemos recibido muestras de apoyo hacia nuestro proyecto y decepción por el actual gobierno municipal. Si fuera por méritos y por el trabajo en campañas, el triunfo electoral para el PRI en La Paz estaría consumado, pero lejos de adelantar vísperas vamos a dar un último esfuerzo.
Es urgente que se imponga la buena política, máxime cuando en las actuales elecciones en México casi 90 políticos han sido asesinados, de los cuales eran aspirantes y candidatos a puestos de elección popular. El 44% de las víctimas pertenecían a los partidos de la alianza Va Por México y el 28% militaba en los partidos de la alianza Morena, PVEM y PT, según información vertida en medios de comunicación. Porque PRIMERO va México, reitero mi llamado a fomentar la buena política, esa que sabemos hacer en el PRI.
