Editorial
@tempomxcom
A unos días de iniciar la LXV Legislatura, la Dra. Olga Sánchez Cordero —la primera mujer en dirigir la Secretaría de Gobernación—, presentó su solicitud para reincorporarse como Senadora propietaria en la Cámara Alta. La noticia ha generado reacciones y no es para menos, toda vez deja el Gabinete del Presidente López Obrador y se perfila para presidir el Senado para sacar adelante la Agenda presidencial.
Uno de los primeros efectos inmediatos es que prácticamente se nulifica la negociación que había realizado el Senador Monreal para que este viernes en el marco de la Reunión Plenaria de Morena a celebrarse en la Casona de Xicoténcatl, la Senadora Freyda Marybel Villegas Canché fuera respaldada con el voto de la bancada mayoritaria para presidir el Senado, eso se echó abajo. De esta manera, el Senado dejará de ser presidido por legisladores afines del Senador Monreal para ser dirigido por alguien de todas las confianzas del titular del Ejecutivo Federal.
Para dirigir la SEGOB el Presidente ha anunciado la designación de otro perfil de su entera confianza como es el Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández. En otro tema, llama la atención poderosamente el hecho de que ni Sánchez Cordero ni Monreal Ávila esperaron a que AMLO los anuncios correspondientes en relación a los movimientos, lo cual es un síntoma importante de lo que está sucediendo por el tema de revocación. Sin embargo, no sería extraño que todo lo narrado fuera instrucción directa de Palacio Nacional, porque le pese a quien le pese, en más de una ocasión AMLO ha demostrado operar un paso o más, adelante de la oposición y de su mismo partido.
A pesar de todos los pesares, el coordinador del Grupo Parlamentario de morena, Ricardo Monreal Ávila se refirió a la noticia en los siguientes términos: “La doctora Olga Sánchez Cordero es una mujer con prestigio y talento contribuirá de manera importante al trabajo democrático que estamos desarrollando y a concretar el proceso de transformación”, mostrando toda la escuela política que le respalda.
La segunda mitad del sexenio tendrá componentes que nadie o muy pocos tenían en el radar. El 2024 tan lejano y tan cercano a la vez, ya genera reacciones y los trabajos que se realicen en la LXV Legislatura durante los próximos tres años, serán determinantes para delinear el rumbo que tomará nuestro país.