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Por Salvador López Santiago

@sls1103

“Todo mundo quiere tener un amigo, pocos se toman la molestia de ser uno”.

El 20 de julio países como Argentina, Uruguay, Chile, España y Brasil celebran el día del amigo. La fecha fue propuesta por el argentino Enrique Febbraro bajo la teoría de que los primeros pasos del hombre en la Luna ocurridos el 20 de julio de 1969 con la misión estadounidense “Apolo 11” comandada por Neil Armstrong, representaban una demostración de amistad de la humanidad al universo. Al considerar que se trataba de un momento único, por razones históricas y emotivas, escribió y envió mil cartas a distintas ciudades del mundo, para su sorpresa recibió 700 respuestas en apoyo a su iniciativa por lo que se estableció el día como un espacio ideal para compartir un trago, una buena conversación y un mismo sentimiento de amistad.

Más allá de vivir en un país donde el día sea celebrado o no, estoy convencido de que cualquier momento es bueno para honrar a nuestras amistades. En lo personal, he tenido la fortuna de construir amistades genuinas en prácticamente todas las etapas de mi vida y en todos los ámbitos en los que me he desarrollado. Dice la cultura popular que nadie es monedita de oro para caerle bien a todos y no tengo ni la menor duda de que más de una persona tiene percepciones negativas sobre mí, ni me espanta ni me acompleja y la verdad es que si acaso las hay, esa concepción es atribuible al disgusto por recibir un trato similar al que ofrecen, y en menor medida, las circunstancias no fueron las adecuadas para propiciar el trato con alguien. En el camino seguramente habré cometido errores o injusticias con más de una persona, pero con total franqueza puedo decir que nunca he ocasionado daño con la intención de hacerlo.

La amistad es un tesoro que se debe alimentar de manera permanente y recíproca. Jamás se debe dar por sentada, etimológicamente la palabra amistad viene del latín “amicitia”; afecto puro desinteresado y recíproco. Desde un punto de vista filosófico se define como la relación de sociedad entre iguales, fundada mutuo aprecio y en la confianza mutua. Voltaire dice que: “Es un contrato tácito entre dos personas sensibles y virtuosas. Digo sensibles, porque un monje, un solitario puede no tener nada de malvado, y vivir sin conocer la amistad. Digo virtuosas, porque los malvados sólo tienen cómplices; los lascivos, compañeros de libertinaje; los interesados, socios; los políticos reúnen partidarios, la mayoría de los hombres ociosos tienen relaciones, los príncipes tienen cortesanos; sólo las personas virtuosas tienen amigos” (Diccionario Filosófico, 1765).

Aristóteles expresa que “es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas”. Las amistades se deben cuidar, William Shakespeare tiene razón al señalar que “los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero”, no cualquiera está en la adversidad. Es un concepto supremo que puede evolucionar en tantas formas e intensidad como lo quieran y busquen las personas que un buen día coinciden, Antonio Gala expone magistralmente que “el amor perfecto es una amistad con momentos eróticos”.

En fin, existen tantas definiciones de amistad como personas se aventuren a delimitar este fabuloso concepto. En mi opinión, igual que los sentimientos más puros, la amistad es un camino de ida y vuelta en el que se debe honrar a la amiga o al amigo en su presencia y más en su ausencia; donde no se debe pedir ni hacer nada indebido en nombre de la amistad y; sobre todo, es un estado virtuoso de empatía y solidaridad. Insisto, tengo la suerte de contar con amistades auténticas, comenzando con la de mis hermanos y mi mejor amiga en el mundo, mi sobrina.

 

 

Salvador López Santiago

Es Licenciado en Derecho por la UNAM, Maestro en Ciencia Política por la UPAEP, Maestro en Derecho Electoral por la EJE del TEPJF y cuenta con estudios de posgrado en Derecho Parlamentario en la UAEMéx. Fue Consejero Electoral Distrital en el Instituto Federal Electoral (IFE) y en el Instituto Nacional Electoral (INE) durante los Procesos Electorales Federales 2011-2012 y 2014-2015, respectivamente. Asimismo, se ha desempeñado como asesor legislativo en el Senado de la República en la LXII, LXIII, la LXIV y la LXV Legislatura. Desde enero de 2020 es director editorial en Tempo, Política Constante.