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Por Santiago López Acosta

@LpezSantiago

Desde hace algunos meses el propio presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador inició su propio proceso sucesorio señalando algunos nombres de los probables que podrían ser postulados por Morena, el partido que fundo y con el que llego a la presidencia, para continuar lo que denomina “la cuarta transformación”, en el próximo sexenio.

Con una antelación de más de dos años se ha cuestionado el porqué de tanta anticipación; de que es un distractor de la problemática nacional, que es muy compleja y nada menor, en casi todos los frentes; de que lo más importante para el régimen es la política electoral y la prioridad es mantenerse en el poder no importando el costo; de que el posicionamiento prematuro es la mejor alternativa para adelantarse a la oposición y tener mejores posibilidades para ganar la próxima elección presidencial; entre otros supuestos y especulaciones. En cualquiera de los casos ya nos encontramos en el proceso sucesorio.

La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum y los Secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard y de Gobernación, Adán Augusto López, han sido los principales personajes puestos en esa carrera, incentivados a posicionarse con labores proselitistas, primero en el proceso de revocación de mandato de principios de año, luego en las campañas para la renovación de 6 gubernaturas en junio pasado, y en el adelantado proceso para renovar las gubernaturas del Estado de México y Coahuila, el próximo año; sin importarles la violación a la Constitución y a las leyes electorales, por las que ya empezó a sancionarlos el Tribunal Electoral.

El Coordinador de los senadores morenistas y Presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal se ha subido solo a esa lista, en la que no ha sido propiamente considerado, ni por el presidente de la república ni por la dirigencia de Morena, manifestando su derecho a buscar esa posición y su lealtad al titular del ejecutivo federal y que buscara ser candidato de ese partido, no de otro, siempre y cuando el método de selección no sea el de las encuestas. Hace apenas unas semanas logro que lo invitaran al mitin que organizo su partido en Coahuila, neutralizando momentáneamente, lo que parecía su inminente salida del movimiento y partido que ayudo a crear y alcanzar posiciones de poder.

La oposición, aglutinada en la alianza Va por México, integrada por el PAN, el PRI y el PRD, hasta hace apenas unos días, se había mantenido sin mayor activismo ni protagonismo, pero una vez que se empezaron a publicar encuestas serias para medir el posicionamiento de las eufemísticamente llamadas “corcholatas”, contrastándolo con algunos y algunas de los posibles contrincantes opositores, donde aparecen con posibilidades de competir a los posibles del oficialismo, reacciona para no continuar rezagándose en esta sucesión adelantada. Ha resurgido el denominado Frente Cívico Nacional, que busca ser el pivote de un frente amplio de todas las oposiciones, con personajes de casi todos los partidos políticos, además de lideres de la opinión y del activismo crítico del país.

Haber iniciado la sucesión con tanta antelación tiene ventajas, como las que se han mencionado, pero también inconvenientes, como el adelanto de las divisiones y fracturas al interior del grupo gobernante, como los ataques, qué han llegado hasta denuncias penales entre actores nada menores en Puebla, como el diputado Ignacio Mier, coordinador de Morena en San Lázaro contra el Gobernador Miguel Barbosa, el fiscal general del Estado y el extitular del Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) Santiago Nieto, solo como ejemplo.

No se ve nada sencillo de que los no beneficiados por las encuestas de Morena, que son de lo más opacas, por decir lo menos, acepten los resultados sin más, sin cuestionar y sin salirse ni generar fracturas a Morena y que abran “boquetes”, de mayor o menor tamaño, que pueden resultarles muy costosos, en términos electorales.

La disciplina y los mecanismos de control que tenían el viejo régimen priista del siglo pasado para evitar las divisiones y fracturas, no los tiene el oficialismo vigente, y los planteamientos de la necesaria unidad se están quedando solo en los discursos, ya que los ataques e intrigas internos están a la orden del día y se empiezan a ser públicos.

La embestida contra el dirigente del PRI, Alejandro Moreno para minar a la alianza opositora no ha dado resultados, hasta ahora, pues la máxima de Marko Cortes de “el respeto al partido ajeno es la paz” ha sido la consigna para no meterse en la conflictiva interna del PRI, misma que también comparte Jesús Zambrano. Otra historia será como termina, que para algunos priistas la separación de “Alito” de la dirigencia solo ocurrirá si éste es desaforado y privado de la libertad. El desenlace lo veremos pronto, tal vez.

La candidatura de Morena y sus aliados, el PT y el PVEM, parece que estará entre Sheinbaum, Ebrard y López Hernández, porque no se ve quien le pueda cumplir en Morena la condición que pone Monreal, por lo que el PRD ya le abrió la puerta en la alianza opositora.

Llama mucho la atención que después de 28 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio la Fiscalía General de la Republica reabra el caso, sin que jurídicamente se pueda hacer algo distinto a lo juzgado, por lo que parece evidente el propósito político, y no es casualidad que se haga después de que varias encuestas posicionan muy bien al hijo de Colosio, del mismo nombre, el joven alcalde Monterrey. Éste y Monreal son piezas centrales que seguramente tendrá el habilidoso senador Dante Delgado, Coordinador de Movimiento Ciudadano, en el proceso sucesorio.

 

 

Santiago López Acosta

Es Doctor en Ciencias Jurídicas, con el grado de suma cum laude por la Universidad de Granada, España. Consejero Electoral del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato desde 2014. Ha sido profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad De Lasalle Bajío, en la Universidad de Estudios Profesionales de Ciencias y Artes, y de la Facultad de Derecho, hoy División de Derecho, Política y Gobierno del Campus Guanajuato de la Universidad de Guanajuato. Ha publicado más de 40 ensayos y artículos especializados en publicaciones estatales y nacionales, revistas y libros colectivos, es coautor del libro “Derecho Administrativo del Estado de Guanajuato”, en coautoría con el Dr. Jorge Fernández Ruiz, Editorial Porrúa, México 2008 y coordinador de la obra “Centenario de la Constitución Mexicana de 1917” editada por el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato y el Tribunal de Justicia Administrativa del estado de Guanajuato. Además, ha sido articulista de distintas revistas nacionales y estatales. Profesionalmente se ha desempeñado en diversos cargos dentro de la administración pública federal, estatal y municipal, en la Ciudad de México y en el estado de Guanajuato, en organismos electorales, federal y locales. Ha sido asesor y consultor en materia jurídica, política y de la administración pública.