Por Javier Santiago Castillo
@jsc_santiago
El comal político está candente. Sin duda alguna el bando de la 4T se adelantó y como dicen en el barrio el que “pega primero pega dos veces”. El primer golpe político vino con el destape de “las corcholatas”, desde el ya lejano 2021 y la promoción desde los aparatos gubernamental y partidario de Claudia Sheinbaum; el segundo con el inicio del proceso de designación del “coordinador de los comités de defensa de la 4T”. La decisión definitiva será resultado de una encuesta, de la que la Comisión de Encuestas de Morena definirá el contenido.
Por su lado, los partidos integrantes de la Alianza por México decidieron impulsar el Frente Amplio por México y promover el nombramiento de su coordinador. Tras un efímero suspiro retórico de que la sociedad iba a tener una participación a través del Comité Electoral Ciudadano, con algunos de sus miembros de prístina reputación dudosa y resultó ser un chisguete, los partidos tomaron el control del proceso. Nadie podrá lograr la recopilación de ciento cincuenta mil firmas de apoyo sin el respaldo de alguna parte de los aparatos partidarios.
Las dos coaliciones han iniciado, dígase lo que se diga, precampañas anticipadas y son las dirigencias partidarias las que controlan el proceso por medio de mecanismos diferenciados. En el caso de la 4T con la promoción anticipada de una candidata y con el control de la Comisión de Encuestas que elaborará el cuestionario y el Frente Amplio definirá la candidatura por el acuerdo de las dirigencias partidarias a través del control de los participantes en la elección. Sería una ingenuidad dudar de la capacidad de inducción de las dirigencias sobre sus clientelas.
Otro aspecto importante y lamentable es el papel de las autoridades electorales ante estos procesos de precampañas anticipadas. La duda está en que si se encuentran rebasados o cooptados algunos de sus integrantes. En el INE la Comisión de Quejas con argumentos frágiles, por decirlo con suave delicadeza, no aplica medidas cautelares, porque no puede analizar el fondo de los asuntos; eso es materia del Tribunal Electoral.
Por su parte el Tribunal confirmó una resolución, aprobada en la última sesión de la anterior composición del Consejo General del INE, que exonera al PRI de la “Operación Safiro” que implicó el desvío de, según diferentes versiones de 250 a 670 millones de pesos del erario, por medio de un entramado en el que participaron autoridades hacendarias federales, gobiernos estatales y personas cercanas o miembros de ese partido.
En momentos aciagos de la Guerra de Reforma Melchor Ocampo, por estar al borde de la derrota frente a los conservadores, afirmó que “Más allá de la prudencia está la temeridad; más acá la cobardía”, matizaría el apotegma diciendo que, entre la prudencia y la temeridad, siempre altamente riesgosa, se encuentra la audacia.
En esta coyuntura, con el comal electoral incrementando su temperatura, las autoridades electorales deben ser audaces en la interpretación del derecho, porque tiene que realizarse acorde con una realidad y no sólo sustentada en resoluciones del tribunal, que no atienden, porque es imposible, toda la problemática de una contienda electoral. En el centro de la discusión jurídica debe estar el bien jurídico fundamental a tutelar: la equidad en la competencia electoral.
La pregunta que está en el aire es ¿el tribunal electoral se atreverá a detener las precampañas camufladas de los contendientes? Jurídicamente es posible. Políticamente poco viable, porque ahora tendría a todos los partidos en contra, con excepción de Movimiento Ciudadano, que es el impugnador. El que las autoridades electorales sean rebasadas antes del inicio del proceso electoral es delicado, porque las posibilidades de que eso se repita en el proceso serían graves y puede llevar al escabroso territorio del conflicto político electoral sin que al árbitro le haga caso nadie.
Hasta hace un par de semanas todo indicaba que la promoción de Claudia Sheinbaum “iba en caballo de hacienda”. El proceso iniciado por Va por México, a pesar de los tropezones, creó un nuevo escenario al perfilarse la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez. Parece que el círculo rojo, buen número de medios de comunicación, las nomenclaturas partidistas y empresariales la ven con simpatía y ya causó la primera fisura entre dirigentes de Movimiento Ciudadano, pues algunos perciben con simpatía su posible candidatura.
Indudablemente tiene factores a su favor: una historia propia públicamente reconocida, honrada, no tiene cola que le pisen, palabra de fácil retórica y respuesta ágil, capacidad de diálogo con los más disímbolos actores sociales y sensibilidad ante las necesidades de los desposeídos.
Las desventajas también saltan a la luz y son la ausencia de una perspectiva integral de los problemas del país y como enfrentarlos y las malas compañías. Empezando con el relumbrante coordinador que elaborará el programa del Frente Amplio por México: José Ángel Gurría, emisario del pasado que está muy presente. Con todo y sus blasones académicos, intelectuales (habla seis idiomas) y profesionales es símbolo del proyecto económico en contra del cual votaron la mayoría de los electores en 2018.
A lo anterior se requiere agregar a los miembros de las burocracias partidarias aspirantes a ser funcionarios de alto nivel en el gobierno federal de claras negras historias saturadas de ambición y acciones indebidas en el desempeño de sus responsabilidades como dirigentes partidarios o servidores públicos, que sólo buscan colocación en la nómina gubernamental para beneficio propio. Para los partidos opositores la mejor opción es Xóchitl, porque les garantiza la sobrevivencia en mejores condiciones que con un miembro descafeinado de la vieja clase política. Además, arrastraría algún porcentaje de votos a favor de los candidatos a gobernadores y otros cargos de elección popular.
Cuál es la fuerza política de Xóchitl Gálvez, cuáles son sus cuadros políticos para construir un proyecto propio, al margen de los intereses partidarios, para dirigir la campaña; simplemente no se ven. De ser electa candidata va a estar cercada y, por ser un espíritu independiente, en un descuido les renuncia. O también convierte su debilidad en fortaleza negocia siguiendo el apotegma de Charles de Gaulle, cuando le preguntaron el por qué era tan intransigente con Churchill, Roosevelt y Stalin; él contestó que “la fortaleza de los débiles está en su intransigencia”.
Por otro lado, para millones de votantes sus oídos están tapiados contra el discurso acusatorio de autoritario y dictatorial, que se hace desde la oposición, al actual gobierno. Pero, sobre todo son millones los que tienen la esperanza de mejorar su situación con la 4T. Esta es la mayor fortaleza de la casi segura candidata de Morena y aliados. Está obligada a construir un discurso que atraiga a sectores de la clase media, que el error político del presidente distanció de la 4T, lo cual no es tarea sencilla. Y tiene que prepararse arduamente para la lucha retórica cuerpo a cuerpo, porque está en desventaja, por razones de extracción social y experiencia política. Es temprano para pensar que Xóchitl Gálvez puede ganar la elección presidencial, pero el exceso de confianza puede poner en riesgo el triunfo de Morena o al menos convertir la candidatura opositora en altamente competitiva. Sin duda alguna el comal electoral se calienta y a alguien se le quemarán las tortillas.