Por René Cervera Galán
No acostumbro a hablar sobre temas coyunturales, pero esta vez hay un tema que bien vale analizar y encontrarle una salida.
En su largo camino a la presidencia Don Andrés Manuel López Obrador se encontró en una entrevista con Enrique Krauze, quien le puso como país ejemplar a la República de Irlanda que había mejorado mucho su economía, un país mayoritariamente católico como México y que solo tributaba el 10%.
En mi inocencia pensé que la respuesta del hoy presidente de la República sería que la Irlanda referida era el país a la que la Unión Europea le había otorgado mayor cantidad de dinero y a eso debía su progreso y no por los bajos impuestos, que los países que obtienen mayor porcentaje del PIB en impuestos de hecho son los que tienen el mayor Índice de Desarrollo Humano, pero no fue esa su respuesta, contestó que iba a estudiarlo.
En el debate por la presidencia en 2012, Enrique peña le dice a Josefina Vázquez en aquel entonces la candidata oficial, que la economía en Latino América había crecido, menos en México.
En mi inocencia pensé que era el momento para que AMLO dijera claro porque están gobernando partidos de izquierda en la región, pero no lo dijo.
Durante entrevistas y debates en materia de relaciones exteriores, AMLO fue insistente en que su política sería la doctrina Estrada de no intervención, una política muy conservadora, por cierto.
Pero el actual presidente ya se reúne con el presidente de Colombia evitando pasar por Perú por conflictos debido a su intervención al opinar sobre el encarcelamiento del presidente Castillo, le dio asilo a Evo Morales cuando la OEA dictamino que ganó con fraude electoral en Bolivia y lo obligaron a salir, al repetirse el proceso se confirmó que efectivamente ganó y aunque podría encontrar otros ejemplos con eso ya notamos que hay un cambio en su actitud… ¿A qué se debe?
Será por la asesoría de Marcelo Ebrard ex secretario de relaciones exteriores el mismo que fue jefe de gobierno del entonces D.F del 2006 al 2012, y al salir dejó un récord desde que elegimos a quien preside la ciudad de México, quien le precedió obtuvo el 63% de la votación. El mismo Marcelo que recientemente compitió con Claudia Sheinbaum, la misma que en 2021 a la mitad de su periodo como jefa de gobierno perdió 9 de 16 alcaldías su partido.
Entendamos que lo que le da alas a la oposición son los errores del gobierno central.
Actualmente al no reconocer el resultado de las encuestas Marcelo se metió en un dilema, si regresa con MORENA posiblemente obtenga un cargo público pero tendrá un ambiente de mucha desconfianza, si recurre a MC, no tiene garantizado ser el candidato y no parece ganar la presidencia con ese aval tan desprestigiado, además se contradice porque ya los abandono una vez al irse a MORENA, y en el Frente Amplio no parece ser el fiel de la balanza para darles el triunfo y el perfil de electores anti AMLO ya le tomo cariño a Xochitl Galvez, y sus seguidores en MORENA no parecen seguirlo hasta la ignominia de votar por el Frente Amplio.
El error fue aceptar un juego en donde las cartas estaban marcadas y lo dedos cargados y de mayor importancia quitarle a quienes estructuran el partido el derecho a elegir quien los va a representar en la candidatura a la presidencia. Para que el o la candidata sea de MORENA debe ser electa en un proceso interno en donde los que sostienen dia con dia al partido, los que prenden y apagan la luz en cada reunión quienes estructuraron los principios, los estatutos, y el programa de gobierno elijan la persona con la que se identifican para representar sus principios y no ceder ante la demagogia de encuestas y consultas. ¿Con qué dignidad pueden hablar de la democracia quienes no la practican en el interior?
Esta difícil que Marcelo ocupe un espacio en la boleta electoral como candidato a la presidencia, pero puede construir la quinta transformación con un partido que en 2027 se deshaga de la simulación que ha caracterizado la escuela del PRI.
Que convoque a una reforma electoral de fondo con un modelo parlamentario, evitando el caudillismo presidencial, con candidatos que tengan virtudes legislativas y no sean electos por ser hombres o mujeres o pobres ,o por su gusto sexual, candidatos con visión social que impulsen universalidad en el acceso a los bienes materiales, en la salud, con educación de calidad, que generen empleo formal y bien pagado, que tengan claro que la lucha contra la violencia es un asunto de Estado más que de gobierno y sepan en donde debe haber abrazos y en donde inevitablemente habrá balazos.
No veo a Marcelo como presidente en 2024, pero sí considero que puede ser un factor relevante en la construcción insisto de una quinta transformación genuina.
