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Por Salvador López Santiago

@sls1103

Desde el año 2006, en México el 26 de septiembre se conmemora el Día Nacional para la Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes, a fin de sensibilizar a la población sobre este problema de salud pública que profundiza las desigualdades al producir afectaciones a los ingresos presentes y futuros; el desarrollo social, económico y humano; el acceso a oportunidades recreativas, sociales y laborales especializadas; el riesgo permanente de adquirir una infección de transmisión sexual, entre otros.

El embarazo en esta etapa de la vida pone en riesgo el bienestar e incluso la vida de las jóvenes que lo experimentan y basta mencionar que, a nivel mundial, las complicaciones durante el embarazo y el parto son la primera causa de muerte en mujeres de entre los 15 y los 19 años. El dato que no porque Inmujeres refiere que México ocupa el primer lugar en embarazos en adolescentes entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años.

El Coneval advierte que la tasa específica de fecundidad adolescente (TEFA) se ubica en un nivel “inaceptablemente alto” y señala que el ser madres a temprana edad podría constituir una vulneración de los derechos humanos de las niñas y adolescentes. Lo anterior se agrava si tenemos en cuenta que, de acuerdo con CONAPO en nuestro país, 4 de cada 10 embarazos en adolescentes de entre 15 y 19 años son no deseados ni planificados.

Según cifras del INEGI, durante 2021 en México ocurrieron 147 mil 279 nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años, y en niñas menores de 15 años, 3 mil 19. En este mismo año, la tasa de nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años fue de 26.3 por cada mil; en niñas, fue de 0.2 por cada mil menores de 15 años. En relación con la condición de actividad económica, 74.9% de las madres adolescentes no trabajó y 20.5% sí lo hizo. En el caso de las madres menores de 15 años, 74.4% no trabajó y 19.7%, sí.

Las cifras son testimonio de una terrible realidad en contra de jóvenes que además de tener que afrontar la maternidad a temprana edad, en no pocos casos, son estigmatizadas y en algunos casos, sufren una revictimización. Por supuesto que existen políticas en la materia, como es la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), cuyo objetivo es reducir el número de embarazos en adolescentes en México con absoluto respeto a los derechos humanos, particularmente los derechos sexuales y reproductivos, pero es evidente que se requieren mayores esfuerzos.

Mientras existan casos de esta naturaleza, la sociedad en su conjunto tendrá una deuda mayúscula y este día es propicio para hacer un llamado a las autoridades de los tres órdenes de gobierno para que fortalezcan las acciones dirigidas a prevenir los casos de embarazos no planificados en adolescentes; pero también se requiere involucrar a la sociedad. Lo anterior, en atención a las causas de este problema de salud pública, entre los que destacan la deficiente calidad educativa en términos generales, deserción escolar, sociedades hipersexualizadas e inadecuado diálogo y confianza intrafamiliar. La ruta se debe configurar desde una visión integral que contemple como elemento irreductible el de garantizar una educación integral, progresiva e incluyente.

Salvador López Santiago

Es Licenciado en Derecho por la UNAM, Maestro en Ciencia Política por la UPAEP, Maestro en Derecho Electoral por la EJE del TEPJF y cuenta con estudios de posgrado en Derecho Parlamentario en la UAEMéx. Fue Consejero Electoral Distrital en el Instituto Federal Electoral (IFE) y en el Instituto Nacional Electoral (INE) durante los Procesos Electorales Federales 2011-2012 y 2014-2015, respectivamente. Asimismo, se ha desempeñado como asesor legislativo en el Senado de la República en la LXII, LXIII, la LXIV y la LXV Legislatura. Desde enero de 2020 es director editorial en Tempo, Política Constante.