Por Danner González*
@dannerglez
El respetable se encuentra aturdido. En medio del ruido de nuestro tiempo, el elector promedio se motiva solo mediante movimientos estelares. Las políticas racionales palidecen ante la tontería magnificada.
Frente a la ilusión efectista de actores como Trump o Milei, ¿quién quiere ser Lula o Biden? Es esta y no otra la razón por la que consultores y formaciones políticas optan hoy por el camino fácil: la memetización del político.
El panorama internacional no es esperanzador: Mark Zuckerberg, dueño de Meta (y en consecuencia de Facebook, Instagram, WhatsApp y Threads) se alinea con Trump y en un viraje sorpresivo, elimina las verificaciones alegando libertad de expresión. Sus redes serán, como X –antes Twitter– de Elon Musk, un torrente de desinformación y sesgos en donde el griterío campeará a sus anchas. Sin más control que el del algoritmo, ojo que todo lo ve, la libertad es ahora esa palabra que usan como estandarte los fascistas.
Los dueños de Amazon y las Inteligencias Artificiales Generativas como Perplexity apoquinaron millones de dólares para la próxima ceremonia inaugural de Trump como Presidente de los Estados Unidos. Todos flojitos y cooperando. Canadá busca un líder a la altura del pulso planteado por el magnate y en Europa crecen los movimientos de ultraderecha. Marine Le Pen en Francia. En Alemania el extremismo que representa la AfD (Alternativa para Alemania) encuentra eco en Musk. Sus banderas: el etnonacionalismo, la xenofobia y las deportaciones masivas a las que llaman remigración.
A fuerza del consumo rápido en redes, el mundo espera respuestas rápidas y sencillas a cuestiones complejas. El desafío de quienes aspiramos a la prevalencia de la razón por la vía democrática es volver interesante lo racional, comunicar con dinamismo lo que parece tedioso y largo de explicar, justamente porque es complejo, multifactorial.
Frente a los procesos electorales por venir, los candidatos tendrán dos vías: La más obvia es aceptar el imperio del algoritmo y convertirse en un meme, dispuestos al escarnio. La rendición al poder de los poderes fácticos. La segunda es cuesta arriba, pero vale la pena. La ha propuesto George Lakoff en su reciente Manifiesto por la Democracia en 2025 cuya lectura sugiero por ser de utilidad para combatir esta era.
Resumo sus puntos centrales: Sé valiente. Cultiva la empatía. Mantén el foco. Sé proactivo. Fomenta las conexiones reales. Evita la desinformación y las mentiras. Comparte mensajes positivos. Exige rendición de cuentas. Involucra a los jóvenes. No ayudes a Trump (y sus imitadores). No discutas con sus seguidores. Aprende de la historia. Apoya el arte y a los artistas. Cuida de ti mismo. Celebra las victorias.
Propongo seguir este ideario para articular estrategias políticas de largo plazo. Hay que hacer saberle al elector que otra realidad es posible. No será sencillo, pero es una batalla que vale la pena librar. Es una batalla por las certezas del futuro.
Una batalla por el imperio de la razón.
* Especialista en Comunicación Política y Buen Gobierno. Ex diputado federal mexicano.