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Por René Cervera

ENTRE ESPEJOS Y VENTANAS

Se dice que los políticos mienten y los ponen en comparación con los empresarios, y la verdad es que hay una costumbre generalizada de mentir para generar consumo o el voto.

Lo sustancial de la política es tener una propuesta de vida colectiva. Hay políticos  en el sentido correcto de la palabra que no encuentran un espacio para sobrevivir con sus ideales, porque su honestidad se convierte en un estorbo cuando se dice que quien no tranza no avanza, y hay empresas que producen bienes con calidad, son prudentes con sus ganancias y ofertan servicios éticamente. Pero están en desventaja con quienes contratan agencias publicitarias que producen comerciales engañosos.

Si la mentira es negocio, entonces la verdad no tiene demanda, así que vivimos en un mundo de ficción.

La mentira está hasta en la geopolítica, la verdad es que ni China es comunista, ni los Estados Unidos son demócratas, porque en donde gobierna el capital no mandan los electores.

A finales del siglo XX se desató la tesis de que en la economía no debe intervenir el Estado y la realidad es que el país que más ha crecido en este siglo es China en donde el Estado interviene todos los procesos tanto en lo económico como en lo político.

La globalidad  impulsó el mercado libre según porque la competencia beneficia al consumidor, se manejó la conclusión de que si un peso gallo se enfrenta a un peso completo el efecto que se produce es que el peso gallo aprende a boxear, y hoy el país impulsor de esta tesis está  poniendo aranceles porque su peso completo resultó que era peso gallo.

Pero las propuestas económicas van acompañadas de propuestas políticas, entre las décadas de 1970 y 1980 ganaron elecciones partidos de izquierda sobre todo en Europa construyendo el Estado de bienestar social, pero si el Estado no debe intervenir la economía ¿entonces Cómo se va a reducir  la pobreza y des justificar el voto para la izquierda?. Se fortaleció la USAID que es la agencia para el desarrollo internacional que existe desde la época de John F Kennedy y que hoy Donald Trump está deshaciendo   y aparecieron las Organizaciones No Gubernamentales, de esta manera los dueños del gran capital obtienen con las “ayudas a los grupos vulnerables” mayor poder que los poderes electos.

Pero no fue suficiente en el ambiente ya estaba la onda “wok” que consiste en fomentar la igualdad entre hombres y mujeres, terminar con el racismo, combatir el calentamiento global, respetar la identidad sexual y este despertar lo adoptó el Partido Demócrata americano con lo que pasó a ser de “izquierda” pero sin tocar la economía.  Cabe hacer notar que estos objetivos los comparto plenamente, pero sin tener como objetivo central una mejor distribución de la riqueza se ha prestado a mayor ficción.

Nadie tiene derecho a ganar más por cuestión de su género, etnia o gusto sexual,  el salario lo debe definir la productividad, pero se debe aumentar el poder adquisitivo del salario por el bien de todo trabajador o trabajadora.

En materia electoral competir en paridad de condiciones hombres y mujeres es democrático, pero imponer el mismo número de legisladores y de legisladoras es autoritario. Hay mujeres que son más inteligentes que el común de los hombres y  hay hombres más inteligentes que el común de las mujeres y por eso deben ocupar cargos públicos, pero no por ser hombres o mujeres, un cargo público no es un premio es una responsabilidad.

Recientemente se hizo público el caso de una mujer que en un Uber amenazó al chofer por no conducir en las condiciones que le exigía o lo iba a acusar de acoso sexual, el chofer le pidió que se bajara y ella cumplió su amenaza, solo que el chofer tenía cámara y demostró la falsedad de la acusación y quien sabe cuántos hombres estén en la cárcel por casos en los que no hubo grabación.

La mejor forma de combatir toda discriminación es generando equidad económica, si deseamos una sociedad incluyente hay que  universalizar los bienes materiales e intelectuales.

El calentamiento global es preocupante, pero las energías limpias por ahora no resuelven la demanda, los coches eléctricos son más ecológicos al transitar, pero más anti ecológicos en su fabricación y no estamos en condiciones de renunciar inmediatamente al uso del gas y el petróleo, aunque si hay que monitorear su efecto e irlo sustituyendo.

En cuanto al respeto a la diversidad sexual, no es nuestra competencia definir que identidad deben tomar otras personas pero tampoco inculcar que niños y niñas cambien de sexo sin la madurez para tomar esa decisión.

La consecuencia es que los sectores más conservadores y oligárquicos están ganando gobiernos y Trump es el mejor ejemplo. Este es el momento de construir alternativas que con elocuencia y no autoritariamente impulsen una democracia integral.

 

 

 

René Cervera Galán

Compositor y autor del libro Entre el puño y la rosa (visión de La Socialdemocracia), así como de In memorian Olof Palme, La democracia es una fiesta y Antojos literarios. Ex representante del Partido Humanista en el IECM y conductor del programa La Orquesta Filosófica recega@yahoo.com En Tempo, publica artículos de análisis político en la sección “Entre espejos y ventanas”.