Por Roberto Carlos Sánchez Téllez
La semana pasada se llevó a cabo el Carnaval de Los Reyes La Paz 2025, evento que hace de marzo un mes de fiesta, celebración y alegría para sus habitantes, porque si algo distingue a mi municipio es esta tradición de más de cien años que tiene la participación de las comunidades de los cuatro pueblos originarios: La Magdalena Atlicpac, San Salvador Tecamachalco, San Sebastián Chimalpa y Los Reyes Acaquilpan, además de unirse las colonias Ancón y El Pino.
Para entender mejor esta explosión de color, música, orgullo e identidad, vale la pena recordar que el Carnaval es un tipo de celebración que ha trascendido a través del tiempo. En las antiguas religiones era un medio para rendir tributo a los dioses, alejar las malas vibras, agradecer la abundancia y tener una buena cosecha, como el caso de Roma y Grecia, donde por dar un ejemplo: “Creían en la necesidad de un periodo de descontrol antes de restaurar el orden”.
En México, los carnavales surgieron como una adaptación de festividades indígenas y cristianas, convirtiéndose en una celebración de identidad, resistencia cultural y alegría popular; y actualmente siguen siendo espacios de expresión colectiva, tradición y convivencia.
Las celebraciones en la cabecera municipal, iniciaron el 13 de marzo con la participación de diez comparsas, las cuales recorrieron las principales calles del municipio; y alcanzó su punto culminante el domingo 17, cuando más de 40 comparsas y alrededor de 30 carros alegóricos se unieron al desfile, llenando de vida y tradición cada rincón de nuestro emblemático municipio.
Entre las agrupaciones icónicas destacan: Cantarranas, Chinchines, Charros de Lujo, Club Social de Charros de la Primera Sección, Disfraces 1ra Sección “Los Reyes”, Charros Los Originales y Disfraces Los Calaveras, por mencionar algunas.
Si bien es cierto, cada comparsa tiene su propio sello, todas se unifican por tres elementos esenciales: una reina, quien encabeza la celebración con su vestimenta colorida y porte festivo; los charros, con su elegante indumentaria y pasos de baile, que marcan el ritmo del desfile; y, lo más importante, la banda sonora, encargada de musicalizar todo el recorrido con vibrantes notas que contagian de energía a quienes participan, a los que únicamente siguen de cerca el desfile e incluso a los que solo toman lugar desde su ventana para observar.
El Carnaval de La Paz se convierte, año tras año, en una verdadera liberación para sus habitantes y visitantes. Es una oportunidad excepcional para despejarse de la rutina cotidiana y enaltecer la tradición de una festividad que permite la renovación del espíritu.
Esta celebración cargada de historia y color, es una expresión viva de las tradiciones que perduran en el tiempo. Lo más destacable es que no es necesario ser originario del municipio, pertenecer a una cuadrilla o pagar una cuota para ser parte de esta gran celebración, todas y todos pueden disfrutar sin distinción. Con tan solo acompañar el desfile, ya se está contribuyendo a mantener viva la esencia del Carnaval de La Paz, haciendo que cada persona, ya sea de cerca o de lejos, se convierta en un participante fundamental de esta fiesta que honra la cultura y el espíritu del municipio.