Por René Cervera Galán
La confianza es necesaria en toda convivencia, vivir sospechando de la mala fe de quienes nos rodean nos vuelve conspiranoicos y nos envuelve en un ambiente de intranquilidad.
Es difícil encontrar un término adecuado en el que no pequemos de inocencia y no caigamos en la esquizofrenia. Vivir en un ambiente democrático nos obliga a depositar grados de confianza en sus instituciones sin perder la observación y la crítica.
Cuando subimos a un autobús, el chofer confía en que le vamos a pagar y como pasajeros confiamos en que llegaremos a nuestro destino gracias a que nos transportaran por donde tenemos como objetivo llegar. Lo mismo sucede en un ejercicio de compraventa si solicitamos un producto y depositamos efectivo en el mostrador confiamos en que nos lo van a surtir. No todos sabemos de todo y confiamos en que los expertos nos van a orientar de mejor manera que tan solo recurrir a nuestros instintos, esto es la base del modelo educativo que produce especialistas, aunque tampoco esto significa abandonar experiencias propias.
Pretender que todo sea por votación genera una pesada burocracia y sobre todo mucha demagogia, elegir cargos de autoridad sin suficientes elementos de juicio conduce a espacios ficticios en donde la capacidad de engaño prevalece sobre la sinceridad y la eficiencia.
Ahora en México viene una nueva ley electoral que anticipadamente pregona la eliminación de los diputados de partido cuyo nombre oficial es plurinominal, que como se indica significa abrir espacios a la variedad de ofertas políticas.
En la etapa del PRI casi como partido único el sistema electoral era solo por distritos electorales que de fondo no tienen que ver con nuestra vida cotidiana de hecho uno puede dormir en un distrito electoral y amanecer en otro porque su configuración tiene que ver con la situación poblacional (crecimiento o decrecimiento) y no por condiciones políticas. Se divide el número de pobladores entre el número de distritos electorales procurando respetar condiciones geográficas como son los municipios y entidades federativas y se tiene como norma que no haya más del 15% o menos del mismo porcentaje por distrito, el mapa antes lo hacía la secretaria de gobernación y ahora lo hace el INE o las entidades locales de los Estados según sea el espacio de la elección.
La presión para brindarles espacio a los partidos políticos minoritarios dio lugar a que se abriera representación a la oposición. Ya se habrán dado cuenta que la pretendida reforma electoral es un retroceso
Un legislador o legisladora representa un proyecto de nación o Estado federativo que no se constriñe a un distrito electoral, generalmente un candidato no alcanza la mayoría absoluta de los votos, en promedio tienen como el 38% de los votos y dicen representar a todas y todos los electores de su distrito, es decir se jactan de representar al 62% de quienes no votaron por él o ella.
Una democracia de carácter representativo pretende que todas las ofertas políticas entren al debate parlamentario en función de su elocuencia, es decir con el porcentaje obtenido en las urnas, a esto se le llama sistema relativo proporcional, la intención es que no queden principios sociales eliminados cuando en conjunto es muy probable sean mayoría, que se den equilibrios de convivencia política y que las leyes tengan el mayor consenso posible.
Debemos evitar personajes que ocupan cargos de elección popular por fama adquirida en el deporte, la farándula, el control de mercados en la calle, o algo parecido sin sensibilidad social, confiar en la elección de quienes están adheridos en los partidos políticos y conocen de cerca a quienes representan sus principios Y son propuestos en una lista como sus mejores cartas, si decepcionan a su votantes, entonces el voto de castigo debe ser para la institución que los propuso, porque los partidos son el aval de quienes proponen.
Se dice que son los ciudadanos quienes deben decidir quién los representa, pero evitemos la demagogia de estos argumentos, son los ciudadanos que militan en partidos políticos los que proponen aun por vía distrital y las y los electores los que marcan por quien votan, la diferencia es que si lo que está en el ambiente es el concepto de salud política, el diagnóstico y la propuesta de soluciones por encima de la popularidad de candidatos famosos por actividades fuera de la política seguramente tendremos mayor calidad en el cuerpo legislativo.