Por René Cervera Galán
La democracia es una propuesta de convivencia en la que las políticas públicas reflejan la voluntad ciudadana y ser ciudadano o ciudadana nos hace protagonistas en la construcción de nuestra historia. Entonces quien se dedica a la política tiene una propuesta de principios y valores sociales que reglamentan la coexistencia.
Una o un demócrata tiene presente que las y los otros tienen requerimientos y el derecho a satisfacerlos en un ambiente respetuoso con igualdad jurídica. Votar es un elemento sustancial de la democracia, sin embargo, no por votar vivimos en una democracia
Requerimos de un ambiente en el que la dignidad humana es fundamental, en la sensibilidad popular se dice que el sol es democrático porque sale para todos, un precio es democrático porque está en el alcance de todos y todas.
Un clima democrático es en donde hay intención de resolver conflictos sin acudir a la violencia, Olof Palme icono de la social democracia sueca, asesinado el 28 de febrero de 1986, expresó que ninguna democracia puede esperar que le den la bienvenida si pretende imponerse a sangre y fuego refiriéndose a la guerra de Vietnam; porque la herramienta de la democracia es la elocuencia y no la imposición. Ha sido un error de graves consecuencias poner como ejemplo democrático paises que viven alentando la violencia.
Si lo que deseamos es una convivencia armónica, sin poderes desbordados que inhiban libertades, en donde toda expresión política encuentre un espacio para el debate inteligente, si esperamos que los partidos políticos impulsen alternativas aprobadas por la comprensión de los electores, si más que buscar la obediencia buscamos la coincidencia ¿Cuál es la reforma electoral que necesitamos?

Si dejamos que la reforma electoral sea desde el gobierno y para el gobierno vamos a cerrar el espacio a opciones que generen los contrapesos necesarios en toda democracia.
Un legislador o legisladora no representa un espacio físico, representa a quienes están de acuerdo con el proyecto que su partido ha presentado en su existencia y ratificado en campaña. Las más de las veces no ocupan su curul por haber obtenido la mayoría absoluta de los votos, sin embargo, se jactan de representar a una mayoría que voto por otra opción y el gobierno debe comprender que tan pueblo son los que votan por su partido, como los que lo hacen por otras alternativas y los que no votan.
La relación de los partidos con la ciudadanía es de enseñanza y aprendizaje, es mucho lo que los partidos deben aprender de la comunidad en su conjunto y muchísimo lo que los ciudadanos y ciudadanas deberiamos de aprender de los partidos si estos no tomaran el ejercicio electoral como un deporte en donde lo importante es ganar sin impulsar conciencia cívica.
Se ha generado un ambiente de rechazo a las y los diputados plurinominales y no escribo de partido porque casi todo el cuerpo legislativo está conformado por propuesta de los partidos, la idea es que los partidos proponen y los electores disponen, pero no se trata de humillar rivales en la contienda electoral, tampoco de proponer personalidades por una popularidad ganada afuera del conocimiento político.
La propuesta de quien esto escribe es que todas y todos los que conforman al menos la cámara baja sean plurinominales, que el número de curules que ocupa un partido sea el porcentaje de votos que obtuvieron en las urnas, sin excluir a nadie.
Se maneja como excusa para hacer la reforma en cuestión el costo de la contienda electoral, pero si quitamos los distritos electorales se reduce el costo, porque la campaña se simplifica al debate de principios, al diagnóstico en función de sus convicciones y a las soluciones que ofertan y no a la promoción de personalidades.
Las campañas no son para que quienes aspiran a un cargo público se den un baño de pueblo, el contacto con la ciudadanía está en la cotidianidad. Una reforma electoral en vez de cortar posibilidades debe impulsar nuevas alternativas hay muchos electores que no encontramos en la boleta electoral opciones con las que nos identifiquemos, a pesar de los años seguimos encontrando una misma escuela que tiene su origen en el re encarnado PRI.
Por cuestiones de espacio me limito a estas observaciones, pero seguiremos abundando en próximos artículos en el tema electoral, porque de una buena legislación depende el bienestar social.




