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Por René Cervera G

El mes de agosto, lo dedicamos a entrevistar personalidades especialistas en el tema electoral en “La Orquesta Filosófica”, programa que se transmite cada sábado a las 16 horas en orbe “promoestereo”. Entrevistamos a Carlos Gonzalez Martínez, ex consejero del IECM  y ex director de una institución dedicada al estudio de la democracia en Panamá; a Mauricio Huesca Rodríguez, ex consejero del IECM; Uuc-kib Espadas Ancona, consejero del INE; y Diana Paola Ravel Cuevas, también consejera del INE.

Lo hice desde la consideración de una propuesta que emana del poder ejecutivo que preside Claudia Sheinbaum Pardo, electa a través de una consulta que resultó cuestionada por uno de sus contrincantes, Marcelo Luis Ebrard Casaubón y con encuestas en la Ciudad de México que le dieron mayoría en las preferencias para ser jefe de gobierno a Omar García Harfuch y, sin embargo, no fue el candidato de la 4T.

La propuesta nace de un partido político que elige a sus militantes para cargos públicos en tómbolas, en consultas ajenas al partido y en procedimientos en que la democracia interna no tiene vigencia.

Debido a que la iniciativa no parte de una entidad con vida democrática, tengo dudas de que la reforma en cuestión nos acerque de mayor manera a principios en los que la convivencia social sea armónica y refleje la voluntad ciudadana con plenitud.

La palabra pueblo es muy constante en el discurso oficial, pero parte de una concepción en la que tal parece que pueblo es quién vota por el gobierno y quienes consideran otras alternativas o deciden no acudir a las urnas dejan de serlo.

La mayor motivación expresada es que desean bajar el costo del proceso electoral en coherencia con el afán de ser austeros.

Sin embargo, el costo de las elecciones desde el 2018 han sido más costosas, la puntada de hacer una elección en las elecciones intermedias para ratificar a quien preside el poder ejecutivo costó miles de millones de pesos y solo acudieron el 7% aproximadamente de quienes conforman el padrón electoral; sin necesidad alguna ya que si la mayoría vota por el partido gobernante es un  hecho que apoyan la continuidad de él o la que preside el poder ejecutivo, aunque de cualquier manera el gasto fue absurdo ya que su validez estaba condicionada a mayor porcentaje de votos.

Si lo que se pretende es bajar el costo de la vida democrática, me permito sugerir que adoptemos el sistema representativo proporcional con 4 circunscripciones de 100 diputadas o diputados cada uno así se retira el costo de 100 unidades en la cámara de diputados y se evitan las campañas por 300 distritos electorales. Hay un prejuicio hacia los diputados de partido, pero si hacemos un análisis concluiremos que todas y todos los legisladores son de partido y consideremos que quien legisla representa los principios, el diagnóstico y la plataforma de un partido y no un espacio físico.

Quitar las casas de gestión de las y los legisladores sería un buen ahorro, su labor es legislar, las gestiones son propias de modelos clientelares; la mejora de las condiciones territoriales corresponde a las alcaldías. El costo de mantenimiento de 500 casas es un buen ahorro.

Quitar los Órganos Políticos Locales Electorales no evita gastos, se los pasa al INE rompe el pacto Federal y resta eficiencia ya que los Estados entienden y atienden mejor los problemas locales.

Pero el poder legislativo no solo tiene un costo económico también tiene un costo social, si bien hay que ser integradores, lo mismo se debe evitar que se nieguen cargos por prejuicios raciales, de género, o de preferencia sexual, que ocupar cargos de elección popular por cuestiones de etnia, de género, o de preferencia sexual. Una responsabilidad política debe ser para quienes tengan sensibilidad social y conocimientos para impulsar una oferta política que genere armonía y acceso universal a la salud, al intelecto, a la espiritualidad y desde luego a los bienes materiales, independientemente de su fisonomía.

La lealtad a la oferta política con la que se consiguió el voto es importante, propongo que no se permita pasar de un partido político a otro una vez electo, en lo que se conoce como chapulines.

El espacio me limita para profundizar el tema, pero espero se consideren mis propuestas, y algunos de mis electores la hagan suyas.

René Cervera Galán

Compositor y autor del libro Entre el puño y la rosa (visión de La Socialdemocracia), así como de In memorian Olof Palme, La democracia es una fiesta y Antojos literarios. Ex representante del Partido Humanista en el IECM y conductor del programa La Orquesta Filosófica recega@yahoo.com En Tempo, publica artículos de análisis político en la sección “Entre espejos y ventanas”.