Santiago López Acosta
@LpezSantiago
Parafraseando al clásico, la vilipendiada sociedad civil que vos matáis está viva y goza de cabal salud, al reaccionar frente a la iniciativa de reforma electoral del oficialismo que pretende desmantelar el andamiaje institucional que se construyó durante más de tres décadas y que ha permitido competencia, pluralidad y múltiples alternancias en materia político electoral a lo largo y ancho del territorio nacional, además de garantizar los derechos políticos y electorales de los ciudadanos.
La marcha con el hashtag #ELINENOSETOCA de este 13 de noviembre se ha convertido ya en un referente fundamental de esta lucha de hace décadas, que sigue y seguirá mientras no se consolide nuestra democracia.
Más de cincuenta organizaciones de la sociedad civil convocaron a esta marcha para la defensa del INE, originalmente solo en la Ciudad de México, pero en muy pocos días tuvo un eco exponencial para hacer lo propio en cerca de 60 ciudades en todo el país, y en algunas de los Estados Unidos de América y de España, teniendo un alcance nacional e internacional, además de la marcha mundial virtual para todos aquellos que no pudieron participar presencialmente. Fueron los ciudadanos los protagonistas de estas, pues se pidió a dirigentes de partidos políticos que anunciaron su participación, que no intentaran obtener réditos políticos de ellas.
Por eso el único orador de culminación de la marcha en la CDMX fue el Dr. José Woldenberg, primer presidente del Consejo General del IFE luego INE, el primero ciudadanizado una vez que salió el gobierno del órgano electoral, profesor investigador de la UNAM, ex dirigente sindical universitario y ex militante de partidos de izquierda, con una autoridad moral y política incuestionable, reconocida por todos, bueno, ahora no por algunos personajes del oficialismo, que fueron su compañeros de lucha política hace décadas. Vale mucho, no la pena, sino el gusto leer, analizar y reflexionar su discurso completo que se encuentra en la revista Nexos.
Las imágenes y videos que circularon por las redes sociales y por los medios de comunicación tradicionales fueron impresionantes, en términos de las cantidades de personas, el entusiasmo y el respeto que permeo en todo momento, solo coreando consignas en defensa del INE y de la DEMOCRACIA, sin ofender ni denostar a nadie, como debe ser en cualquier democracia que se precie.
Los derechos y libertades que consagra nuestra Constitución, en sus vertientes de expresión y manifestación se vieron ayer reflejados en las personas, los rostros y las voces de los miles de ciudadanos que salieron a las calles y los que se conectaron en la marcha virtual, en todas las ciudades en que ocurrieron, en todo el territorio nacional y en el extranjero. Fue una de las formas más auténticas de hacerlos valer y muestra palpable de que nuestra democracia, aunque incipiente, inmadura, carente de consolidación, está viva y se resiste a las amenazas, y dispuesta a hacer muchas cosas para evitar su afectación, con mayor razón su eventual destrucción.
La cifra que dio a conocer el Secretario de Gobierno de la CDMX de que fueron entre 10 y 12 mil manifestantes es un insulto a la inteligencia y las evidencias que miles, quizá millones vimos en videos de todo tipo y perspectiva. Por su parte, los organizadores estimaron entre 200 mil los participantes en la CDMX, aunque un experto hizo el cálculo midiendo la distancia y los espacios que ocuparon las personas estimando 640,000 y quienes dijeron cifras cercanas al millón, además de los miles más en el resto de las ciudades de todo el país y en el extranjero. Pero más allá de los números, que sin duda son relevantes, es más importante, creo yo, que los ciudadanos en la democracia mexicana nos vimos y reconocimos como tales, de que que somos la esencia misma de esa forma de gobierno y de vida, tal como lo dice nuestro artículo 3º. Constitucional.
Esta marcha es sin duda un parteaguas para el último tramo del presente sexenio y será un referente obligado en todo el proceso sucesorio del 2024 y un llamado de atención para todos los actores políticos, tanto del oficialismo como de las oposiciones, de que hay una ciudadanía actuante, exigente, demandante y participativa, que no se dejará manipular ni engañar por nadie, mucho menos de la clase política.
Ya se anuncia la posibilidad de la organización de otra marcha, cuando se discuta y se vote la iniciativa de reforma electoral presentada por el Ejecutivo en las próximas semanas en la Cámara de Diputados. Ese es un mensaje para todas y todos los diputados, pero especialmente para los del grupo parlamentario del PRI, que no cumplieron el acuerdo de la moratoria constitucional con el PAN y el PRD en la alianza Va por México hace algunas semanas con la reforma para ampliar la presencia militar en labores de seguridad pública. Una razón fundamental de esta movilización es precisamente ese viraje del otrora partido hegemónico, en su alianza con Morena, que pretende convertirse en la nueva versión de ese modelo, y la posibilidad de que lo vuelva a hacer. La sociedad en su conjunto estaremos atentos, ya no solo la clase política y unos cuantos enterados.