ALEIDA ALARCÓN
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México se encuentra a la expectativa, contando el tiempo, como cada ciclo electoral, de cada sexenio; la sociedad permanece a la espera de “ese cambio” que prometen en campañas y que propagan en cada espacio publicitario físico, virtual y presencial.
Las mesas de trabajo están puestas para que tomen forma, se escudriñan las ideas y se pulen estrategias y políticas de gobierno, agendas gubernamentales en coherencia con la internacional; haciendo y despintando grupos de mujeres y hombres que dirigirán las evoluciones del país, en su 4ª transformación, como lo cita el Presidente Electo.
El tema de prioridad nacional, la Seguridad, o mejor escrito, la violencia desatada por el crimen organizado; hay también grupos que analizan las estrategias de este venidero gabinete del gobierno federal que ocupara a finales del 2018, diciembre 1º.
El mando único, ha sido una opción para atender, disminuir y erradicar la violencia; sin embargo, como resarcir esa violencia, si los actores involucrados del sistema nacional de seguridad (refiriéndome a todas las corporaciones policiales) son violentados, desde sus derechos humanos, al no tener las óptimas condiciones de trabajo para cumplirle al pueblo (como dice el Electo) si los primeros respondientes de conductas antisociales y criminógenas, son precisamente los policías municipales que son los primeros invisibilizados con sus salarios, prestaciones de servicio social y la falta de voluntad política para tener estructuras e infraestructuras idóneas generando un sentido de pertenencia de cada policía de todos los órdenes de gobierno en México.
El crimen organizado tiende a ofertar mayores ingresos (ilícitos) a cada elemento en comparación con sus prestaciones laborales, se habla de dignificar a estas corporaciones, es correcto. Pero que se haga desde la parte política, no involucrando en los altos mandos de esas corporaciones a actores políticos que solo han transitado en atender el tema desde el escritorio, que sean personas con el perfil de la experiencia tangible, me refiero a personas que hayan sido de conocimientos táctico, de inteligencia, de administración y ejecutivos en una institución de seguridad con su aptitud y habilidades aprobadas y certificadas; deberá ser la ideal para encabezar esas estructuras, tal como se vislumbra que será el proyecto del retorno de la Secretaria de Seguridad Pública Federal, que es compartido por todos los que analizan el tema de seguridad en México.
La Comisión Nacional de Seguridad fue un error de la administración en turno.
Esta nueva secretaria debe optimizar sus virtudes de capital humano, infraestructura (centralizada en CDMX) y proyectar la presencia de esta nueva dependencia en lo ancho y largo del país con la capacidad humana de aproximadamente 43,500[1] efectivos, será una gran oportunidad para legitimar a los gobiernos electos de ese el nuevo partido creado por Andrés Manuel López Obrador, para no dejar en letra muerta las leyes y reglamentos que existen, las policías han sido profesionalizadas, pero no han sido atendidas en su desarrollo humano, en sus garantías de trabajadores y en una institución que les respalde, hay casos de elementos de todos los órdenes de gobierno que han caído en el cumplimiento de su deber y no se le ha honrado a sus familias, otros han cumplido en desarticular bandas de secuestradores y de delitos de alto impacto, y en los procesos judiciales, no han sido protegidos como parte coyuntural de la existencia de esas corporaciones. Sus propios derechos humanos son violentados.
Hoy escuchamos a Gobernadores y alcaldes electos y electas que atenderán este tema de agenda prioritaria para la sociedad en general, como el Gobernador de Veracruz, como la Alcaldesa de Acapulco, como Diputados electos y electas que están pensando en actualizar y modificar el marco jurídico local en sus regiones (bajío, zona centro o norte del país).
Lo prioritario es atender la violencia a base de dignificar al ser humano, y eso es empezando por ver a las y los policías como nuestros iguales; pero también tratar a la ciudadanía como tal y entre nosotros mismo hacer responsable la conducta humana en lo colectivo.
[1] Registro de personal de seguridad del SESNSP, mayo 2016.