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El Santo Niño de Atocha entre los escaños del Senado

Editorial

@tempomxcom

El miércoles 29 de mayo de 2019, la Senadora de la República Minerva Citlalli Hernández Mora fue víctima de una agresión condenable, cuando un “libro-bomba” le explotó en el interior de su oficina. Según información vertida en diversos medios de comunicación, poco antes de las 19:00 horas, el artefacto explosivo de tipo casero estalló y soltó un flamazo al ser abierto, por fortuna, la legisladora de Morena logró alejarlo para evitar heridas mayores.

 

Después del incidente, con la vestimenta cubierta de polvo blanco, con leves quemaduras y con la impresión que produce un hecho de este tipo, la legisladora se trasladó al servicio médico de la Cámara de Senadores. Posteriormente, el coordinador de la fracción mayoritaria en la Cámara Alta, Ricardo Monreal Ávila dio a conocer que su compañera estaba fuera de peligro, con lesiones leves y que sería trasladada a un hospital del ISSSTE.

 

En sus redes sociales, el parlamentario zacatecano publicó el siguiente mensaje: “Con agrado y alegría, le informo a toda la población que estamos con la senadora @CitlaHM y, gracias al Creador del universo y al Santo Niño de Atocha, ella se encuentra fuera de peligro”. Como era de esperarse, inmediatamente el ataque a la legisladora se convirtió en tendencia en redes sociales, pero de forma menos esperada, también lo hizo la creencia del Doctor.

 

El tráfico web en las redes sociales incluyó desde ingeniosos memes, muestras de solidaridad y expresiones de indignación ante los hechos ocurridos; hasta reclamos, burlas y denostaciones fuera de contexto. Aquí, vale la pena dejar claros dos aspectos: por un lado, no se debe perder de vista que lo acontecido es un hecho mayúsculo que pone en evidencia prácticas inaceptables e incompatibles con todo régimen democrático; y por el otro lado, que lo manifestado por el coordinador fue una expresión sincera y auténtica, en verdad se percibió el apoyo y compañerismo de Monreal.

 

Al ser México un país plural, con libertad de culto y con diversidad de costumbres, tradiciones e ideologías, no tendría que haber espacio para la denostación o desacreditación del quehacer legislativo del Presidente de la Jucopo en el Senado. En diferentes momentos y espacios, el Doctor Monreal ha manifestado su devoción hacia el Santo Niño de Atocha -cuyo santuario se encuentra ubicado en la comunidad de Plateros, en el municipio de Fresnillo, Zacatecas-, pero al mismo tiempo, se ha conducido con legalidad, profesionalismo e institucionalidad en sus diferentes encomiendas.

 

Se puede coincidir o no, con las creencias del parlamentario zacatecano, pero no es válido regatearle o siquiera poner en duda el liderazgo que tiene en el Senado y la empatía con sus compañeras y compañeros, tanto de Morena como de los demás grupos parlamentarios. Quedará para la anécdota el día en que Ricardo Monreal convirtió en tendencia al Santo Niño de Atocha, pero no debe quedar en el olvido ni menos en la impunidad el cobarde ataque del miércoles pasado.

 

Al final de cuentas, el Senador Monreal, bien podría sumar un par de milagros al Santo Niño de Atocha, uno tiene que ver con la integridad de su compañera de bancada y el otro con el gran tráfico web que tuvo en redes sociales, recordando que el coordinador siempre se ha distinguido por su extraordinaria forma de comunicar, basta recordar la apertura que tuvo con la prensa durante la aprobación de las leyes secundarias de la Guardia Nacional en el último periodo extraordinario de sesiones.

Tempo

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