Editorial
@tempomxcom
El martes 29 de septiembre de 2020, se celebró el primer debate presidencial entre el republicano Donald Trump (actual presidente) y el demócrata Joe Bide (exvicepresidente durante los mandatos de Barack Obama). En una reflexión global, Trump buscó encender el ánimo de la discusión, Biden se mantuvo moderado y, al final, ninguno de los dos logró exponer su agenda, sino que al final fue un intercambio de ataques personales con datos e información acreditable pero también con expresiones tergiversadas e infamias.
Las 59 elecciones a presidente de los Estados Unidos a celebrarse el próximo 3 de noviembre son de gran interés para nuestro país. México es el principal socio comercial de Estados Unidos (por encima de Canadá y China), en la nación vecina radica el 97% de los connacionales en el extranjero (11.3 millones) y compartir una frontera de más de 3 mil kilómetros son algunas de las consideraciones por las que debemos estar atentos a lo que suceda en la elección. A reserva de que, a diferencia de las elecciones de 2016, en las que Centroamérica y los migrantes fueron absolutamente protagonistas, ahora el tema quedó fuera de la discusión.
A manera de tener mayor claridad sobre la elección cabe precisar que a diferencia de México, en donde la ciudadanía elige de manera directa al presidente; en Estados Unidos, los ciudadanos eligen a los electores, quienes son los que eligen al presidente. De acuerdo con la población que tienen, a cada uno de los 50 estados que conforman Estados Unidos le corresponde un número de los 538 electores que al final eligen al presidente, es decir, si un candidato tiene al menos el voto de 270 electores (más de la mitad), llega a la silla presidencial. Una peculiaridad de este sistema electoral es que el candidato que, aunque un candidato consiga más votos, puede perder las elecciones presidenciales.
¿Qué pasó en el debate del martes en la noche? En primer lugar, se observó a Trump con un desempeño menos que caótico y explosivo, al interrumpir a gritos a su rival, peleando abiertamente con el moderador y lanzando insultos personales a la familia de Joe Biden. Por su parte, Biden demostró que es capaz de mantener la tranquilidad, la decencia y la prudencia, al no intentar vencer a Trump a empujones. Las temáticas abordadas fueron economía, pandemia, cambio climático, integridad de las elecciones e impuestos.
Un tema obligado era el manejo de la pandemia, Trump defendió su estrategia que, dicho sea de paso, tiene a Estados Unidos como el país con más contagios y muertes por Covid; mientras que Biden crítico las acciones que se han impulsado desde la Casa Blanca.
En cuanto a la gobernabilidad, un aspecto que prendió los focos es el hecho de que Trump se negó a comprometerse con aceptar el resultado, reiterando su reclamo de que las votaciones por correo originarán un fraude, al asegurar que se están enviando “millones de papeletas que nadie pidió, algunas de ellas las encontraron abandonadas”. Ante ello, Joe Biden pidió a todos los estadounidenses: “Vota, vota, vota” y aseguró que aceptará el resultado de la elección.
Otro tema controvertido había sido el señalamiento de que Trump pagó 750 dólares en impuestos durante el 2016 y el 2017. Cuando Trump reconoció que no pagaba impuestos porque era “listo”: ahora expresó que es “fake news”. Al respecto, Biden precisó “el pueblo estadounidense merece transparencia de sus líderes y por eso hoy publiqué mis declaraciones fiscales de los últimos 22 años”.
Como suele ocurrir en este tipo de debates, se expusieron argumentos falsos al no contar con elementos que acrediten su veracidad. Entre las mentiras dichas por Trump está decir que Biden quiere eliminar la cobertura de salud de enfermedades preexistentes. Eso es falso; culpar a los agentes forestales de los incendios en California, cuando los vientos fuertes, las altas temperaturas y la sequía son las responsables de que los incendios hayan empeorado.
Biden no estuvo exento de expresar mentiras, tales como asegurar que el crimen creció durante la etapa de Trump, cuando los datos aseguran que descendió un 3,5% entre 2016 y 2018 y un 3,1% la primera mitad de 2019; así como decir que Trump no ha distribuido mascarillas en los colegios, cuando existe un programa federal que ya terminó, pero otro distribuye hasta 125 millones de mascarillas para colegios.
Por la trascendencia de la elección, las reacciones, análisis e interpretaciones son diversas, en lo personal también se tiene que llevar a cabo una reflexión. Después del debate, es oportuno referir que los cálculos electorales en Betfair Exchange, uno de los operadores de la bolsa de apuestas en línea más grande del mundo, mostraron que la probabilidad de ganar de Biden era del 60%, frente al 56% antes del debate. Trump tiene un 40% de probabilidad de victoria. Seis de cada 10 observadores del debate dijeron que el exvicepresidente Joe Biden tuvo un mejor desempeño el martes y solo el 28% dice que fue el presidente Donald Trump quien lo tuvo, según una encuesta de CNN.