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El asesino tímido, de Clara Usón

 

Por Luis David Ramírez

@1LuisDavid

 

Clara Usón (1961), ganadora del Biblioteca breve en 2009 por Corazón de Napalm, publicó en 2018 su novela El asesino tímido, la cual fue galardonada con el Premio Sor Juana Inés de la Cruz. El asesino tímido cuenta la historia trenzada de Sandra Mozarovsky —actriz de películas eróticas durante el franquismo y posible amante del Rey Juan Carlos I— junto con pinceladas de la vida del filósofo Ludwig Wittgenstein y de la misma Clara Usón. A estas tres historias habría que salpicarlas con citas y reflexiones de las obras de Albert Camus y, en menor medida, de Pavese para completar una mejor descripción de los componentes de la novela.

 

El tono de la narración está entre la sobriedad y el desenfado. La lectura es alegre y veloz. El lector no tiene que esforzarse mucho para encontrar frases memorables, algunas de las cuales pertenecen a Wittgenstein, a Camus y, por supuesto, a Clara Usón.

 

El ensamble que la autora hace de todos estos elementos se logra a través del uso de la prosa ensayística, la periodística y la narrativa, las cuales son claramente diferenciadas en la novela; aunque tales prosas llegan a convivir hasta en una misma oración. Hago esta separación para tratar de aclarar el estilo que usa la novela, pero quizá esta separación es inadecuada y sería mejor hablar de un estilo propio de Usón. El tiempo lo dirá.

 

En todo caso, el maridaje entre periodismo, ficción y ensayo es acertado; es la apuesta literaria de la autora. El libro salta una y otra vez de un género a otro en una sola página provocando que la atención del lector no decline. Este efecto es muy persuasivo para lectores que, gracias a la vertiginosa cantidad de información que nos proporciona internet, no tenemos la capacidad de alcanzar un estado de profunda concentración. El mayor logro de la prosa de Usón es que el lector puede alcanzar una profunda dispersión.

A El asesino tímido le encuentro varias ascendencias con las con las cuales dialoga a la vez que las desafía. Primero que nada, está el ineludible Truman Capote y su periodismo que se convirtió en novela sin ficción. El trabajo periodístico que hizo Usón sobre la muerte de Sandra M. es encomiable, acerado, muy persuasivo y sobre el cual se soporta la mayor parte de la novela.

Después, me parece que Usón se inscribe en la misma estirpe que la también ganadora del Biblioteca Breve y del Premio Cervantes, Elena Poniatowska, quien en sus novelas combina con maestría el ensamble de ficción-periodismo y posee una prosa persuasiva y encantadora. Si bien la prosa de Usón es desenfadada y a veces juguetona, los saltos que van del periodismo que aluza la vida de Sandra M. a la vida desesperada y abisal de la propia autora son efectivos. Así, lo que hermana a Usón y a Poniatowska son el periodismo sobre la vida de mujeres memorables y la capacidad de contagiar al lector con las emociones de viven los personajes de la novela en cuestión. La desesperanza fulgura a través de la vida de Sandra M. y la desesperación de Clara Usón es electrizante en la parte final de la novela. Habrá que decir, en aras de la verdad, que Poniatowska modula, controla y contagia las emociones de una manera más eficaz y profunda que Usón, lo cual no demerita a Usón sino al contrario: debe de servirle como incentivo. El final de El asesino tímido es muy conmovedor, no así el resto de la novela, la cual tiene otros méritos como a continuación señalaré. Si bien, en el agón con Poniatowska, Usón no sale ilesa, al menos le opone un fuerte y original —al menos para mí— recurso: el ensamble triple de periodismo-ficción-ensayo. Poniatowska es maestra indiscutible en el periodismo-ficción. Usón busca su propio camino.

 

Por el lado del ensayo, las reflexiones intervienen de manera sorpresiva después de algún hecho narrativo. Esto al principio es desconcertante, pero con el paso de las páginas se torna ágil y divertido. Las reflexiones o citas suelen ser cortas y punzantes. No media ninguna transición entre una oración que narra la vida de Sandra M. o una que narra la vida de Wittgenstein o de Clara Usón y la cita comentada de algún fragmento de El mito de Sísifo o el Tractatus. Esta forma un tanto discordante de entrometer el ensayo me recuerda a Milan Kundera, aunque él lo hace durante largos párrafos. Usón lo hace apenas unas cuantas oraciones, para después regresar a la prosa periodística y ulteriormente a la narrativa y así durante poco más de doscientas páginas.

 

El tema que engarza a toda la novela es el suicidio. De ahí la importancia de El mito de Sísifo de Albert Camus, el cual es un opúsculo contra el suicidio. Varios miembros de la familia Wittgenstein se suicidaron, Clara Usón lo intentó cinco veces, la cuestión es: ¿lo hizo Sandra Mozarovski?

 

A manera de conclusión, reconozco en esta combinatoria de Clara Usón un posmodernismo contenido, alejado del neobarroco latinoamericano, como el de Fuentes o Cabrera Infante, o de la exuberancia americana como la de Pynchon. Interesante, sobria y aventurada es la apuesta literaria que hace Clara Usón en esta novela sobre el suicidio, El asesino tímido.

Luis David Ramírez Benítez

Licenciado en economía por la Facultad de Economía de la UNAM, actualmente cursa la Maestría en Administración y Políticas Públicas en el CIDE. Ha trabajado como analista y editorialista en el Observatorio Económico de América Latina y como subdirector de inversiones turísticas en SECTUR. Suele escribir con regularidad en un blog personal llamado "Misantropías"