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Por Mercedes Alvarado

@yosoymercedes

Esta ciudad se llama Mariana. Aquí vive un escritor que crea y recrea su calles, límites y condiciones mientras la habita y camina. Mariana es una fortaleza que contiene a sus ciudadanos y es, también, espacio de caos y autodestrucción.

Danner González plantea, en Tiene que saberlo Mariana (Ed. Tempo, 2022), una relación simbiótica, de ida y vuelta, recíproca y en movimiento: ¿somos nosotros quienes estamos habitando estas ciudades que caminamos, o son las ciudades las que nos están habitando a nosotros? Y es que, de manera constante y con nuestra sola permanencia en el espacio físico, transformamos la realidad de los espacios.

Esta novela propone un desdibujamiento de las fronteras; hoy que un cuento puede ser un poema, que encontramos libros de poesía en los estantes de narrativa y cuentan historias en versos o formas híbridas; ahora que la etiqueta del género literario se expande y multiplica las posibilidades, González se vale de la metaliteratura para establecer que la escritura es trinchera, que uno escribe no sólo para salvarse, sino porque es quizá lo único que podamos hacer.

Mariana, ciudad fortificada, es el hogar que recorremos buscando una grieta para salir de ella sólo para descubrir, al otro lado de sus murallas, cuánto necesitamos ese refugio porque todos, de una u otra manera, vivimos buscando ese espacio que nos pertenezca y al que perteneceremos.

No quisiera omitir que esta novela también va un poco de burlarnos de nosotros mismos y de esa ceremoniosidad con la que el mundo literario e intelectual se refiere a su existencia e ideologías como si se trataran de las únicas verdades posibles cuando, seamos sinceros, lo único cierto y firme es la búsqueda en sí misma. En ese contexto, el escenario en el que se plantea el absurdo de las respuestas absolutas llega como una brisa que recorre todas las calles en Mariana antes de un chaparrón veraniego.

Luego de recorrer esta metrópoli que es al mismo tiempo páramo personal y puerto abierto, pienso en la literatura como ese muelle en el que se pueden nombrar todas nuestras imposibilidades. Frente a la insuficiencia del lenguaje, el poema y la novela como un barco que nos alcanza nuevas y distintas maneras de dar sentido; universos imaginados que pueden ofrecernos algún hogar. La mera existencia de Mariana constituye así un manifiesto en el que la escritura se asume como una manera, esta sí única, de habitar al mundo y es -quizá- una de las resistencias más amorosas que se puedan ejercer frente a la tragedia y el horros de una sociedad polarizada y violenta.

Este libro hay que leerlo desde la disposición a la sorpresa y la risa, con la actitud de cuestionar las máximas y compartir las preguntas. Qué maravilla una ciudad-mujer que abraza y protege, destruye y palpita, tiembla y se sostiene. Quizá, también ustedes, quieran preguntarse luego: ¿hasta qué punto nosotros estamos habitando estos lugares y hasta qué punto estos lugares nos hacen quienes somos?

Mercedes Alvarado

Nació en la Ciudad de México el 2 de febrero de 1984. Poeta. Estudio Ciencias de la Comunicación en la UNITEC y cursó el Diplomado de Creación Literaria en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia del INBA. Autora y productora del proyecto poético multidisciplinario Y hasta la muerte amar. En 2015 formó parte del Colectivo Musikansk realizando actividades de poesía en voz alta en torno a la tradición de Día de Muertos en Oslo, Noruega. Ha colaborado con distintos grupos de hispanohablantes en Noruega mediante Conferencias sobre Literatura Mexicana Contemporánea y Literatura Mexicana Urbana. Ha sido colaboradora en publicaciones de México y el extranjero, como Blanco Móvil, Flanzine (Portugal) y Monolito. Su obra aparece en las antologías Púas en el Alambre (Mónica Soto, Amarillo Editores, 2006) y 60 Minicuentos (Mónica Soto, Amarillo Editores, 2008) y Antología de mujeres poetas (Ana Carrera y Athena Félix, Aquelarre, 2014).