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Por René Cervera Galán

Una pregunta que me hacen constantemente es si realmente creo en la democracia, mi respuesta es que creo con fe política y no con fe religiosa. La diferencia es que la fe religiosa confía en que una fuerza exterior nos llevará a una vida mejor y la fe política confía en que estamos construyendo esa vida, aunque sea tan efímera en lo particular, pero que deja constancia social.

Es incongruente afirmar que el gobierno del pueblo para el pueblo se encuentra en modelos económicos que le dan más a quienes más tienen y que se cierran a las alternativas del pensamiento político.

En un arranque de confusión causada por el debilitamiento del comunismo, se publicó el libro “El fin de la historia”, autoría de Francis Fukuyama en la que expresa que con el triunfo de la “democracia liberal” se acabaron las revoluciones sangrientas, en consecuencia, se establece no el fin de los acontecimientos, pero se entiende que una vez derrotado el fascismo y el comunismo solo hay liberalismo. Pero la historia no tiene punto final y el fascismo ha seguido manifestándose y la guerra fría está calentándose cada vez más por los intereses geopolíticos del capital.

Ahora se dice que el fin de la historia no era una propuesta, sino una interpretación del pensamiento. Lo cierto es que en México y seguramente en otros Estados se quitaron de los programas educativos materias como filosofía y civismo que demuestra el impulso de evitar la reflexión política.

El modelo democrático ejemplar fue el que prevalece en los Estados Unidos de Norteamérica,  a su entender lo idóneo es el bipartidismo para que los electores voten por opciones que no significan cambios de fondo, es decir la alternativa se diferencia del partido único simplemente porque la misma idea se presenta en platos distintos, Es común que en el bipartidismo se haga el juego que hemos visto en las series policiacas, en donde un policía se comporta como el policía bueno y otro como el policía malo cambiando de papel constantemente.

Pero el poder tiene que justificarse ¿Si ya no hay lucha de clases entonces que es lo que da lugar al sentido social?, ¿Si lo que estamos viviendo es la única opción posible? ¿Entonces porque siguen las convulsiones políticas?

De pronto se encararon problemas como el racismo, el machismo, la xenofobia, la homofobia, y la desigualdad económica no figuro como tema, la avaricia no solo se dejó de cuestionar en círculos oficiales, al contario se le vio como el motor del progreso.

Se puso por encima de la mesa la atención a los grupos vulnerables, así que el fenotipo dio lugar a que se dictaran políticas públicas para ofrecer cargos de elección popular como si estas fueran rebanadas de pastel, de hecho, Los Estados Unidos de Norte América tuvieron lo impensable en el siglo pasado, un presidente descendiente de africano y europea. ¿Cambio eso en algo la situación de los afroamericanos?

Si pensamos el fondo de las cosas tan racista es negar un cargo público por cuestiones étnicas, como lo es darlos por ese motivo, ¿obligar por ley a la paridad de género en cargos públicos garantiza mayor bienestar de la mujer en términos generales, aunque por fuerza sean propuestas por un partido conservador?.¿Colocar ciudadanos de los pueblos originarios en curules de partidos que menos precian su cultura históricamente por cumplir la ley, beneficia a las poblaciones con las que efectivamente tenemos una deuda histórica?

Los ciudadanos tenemos capacidad para tomar decisiones, somos entes con responsabilidad jurídica para responder por nuestros actos, obligarnos por ley a cubrir cuotas nos convierte en menores de edad tutelados por las leyes porque interpretan que no sabemos votar.

Los motivos de la desigualdad económica y social son políticos y su solución se encuentra en el pensamiento de quien legisla, ejecuta, y hace valer la ley, no en su físico.

No hay una superioridad estructural genética, hay mujeres más inteligentes y sensibles que el común de los hombres y hay hombres más inteligentes y sensibles que el común de las mujeres y por eso deben ocupar cargos públicos y no porque son hombres o mujeres, importante es decir que en nuestro caso en el padrón electoral hay más mujeres que hombres.

Son las convicciones políticas, las que dan lugar a los diagnósticos y las propuestas de soluciones, sin ellas que más dan el género, la etnia, el oficio, el gusto sexual.

Para generar certidumbre es necesario insistir en la universalidad, sueldos con poder de consumo real en función de la productividad, impuestos progresivos que retornen en servicios básicos y solidarios, acceso al conocimiento sin distinción alguna, atención médica, seguridad jurídica, atención especial a la infancia y los adultos mayores, respeto a toda manifestación de identidad, igualdad ante la ley, equilibrios económicos, cuidar el medio ambiente, tasas de ganancia prudentes.

La democracia es una búsqueda constante por hacer valer la voluntad de los gobernados en los programas de gobierno su ejercicio necesita del Estado que reconoce la pluralidad ideológica, es avanzar del Estado soy yo al estilo Luis XIV, pasar por encima del Estado son ellos al Estado somos nosotras y nosotros queriendo y sintiendo lo que pensamos conscientes de que la historia no tiene punto final.

René Cervera Galán

Compositor y autor del libro Entre el puño y la rosa (visión de La Socialdemocracia), así como de In memorian Olof Palme, La democracia es una fiesta y Antojos literarios. Ex representante del Partido Humanista en el IECM y conductor del programa La Orquesta Filosófica [email protected] En Tempo, publica artículos de análisis político en la sección “Entre espejos y ventanas”.