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por Luis David Ramírez Benítez

@1LuisDavid

 

Reseña de “Seeing like state: how certain schemes to improve the human condition have failed” de James C. Scott, 1998.

Desvarío es ignorar la complejidad del comportamiento humano y creer que puede ser reducido a exiguos esquemas racionales sobre los cuales los Estados pueden construir un progreso para la humanidad. La confianza desmedida que el Estado deposita en esos esquemas cimentados en el progreso científico y tecnológico es lo que el cientista político y antropólogo James C. Scott (1936) nombra como alto-modernismo. La idea principal que Scott sostiene es que cuando un Estado guiado por la ideología del alto-modernismo planifica un cambio social con base en esquemas exclusivamente racionales, es muy probable que fracase en sus objetivos. Sin embargo —y he aquí el acierto del autor y también la insuficiencia de su argumento—, Scott no puede afirmar tajantemente que todo plan alto-modernista está condenado al fracaso, sólo se limita a señalar algunos de estos fracasos y precisa la importancia de vigilar las ideas altomodernistas. Lo anterior deja abierta la posibilidad de que, a la luz de las nuevas tecnologías, de las nuevas herramientas de simplificación del comportamiento y de las nuevas capacidades de manejo de datos, los Estados puedan replantearse la posibilidad de éxito en un nuevo plan de ingeniería social.

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Laborioso siempre ha sido el trabajo del Estado para poder controlar, en alguna medida, a la población. Para llevar a cabo este control o para diseñar los planes alto-modernistas es necesario, según Scott, que la sociedad y su comportamiento sea legible, es decir, la sociedad y diversos aspectos de ella deben de ser mensurables. Algunas de las herramientas que Scott menciona y que han hecho más legible a la población a ojos del Estado son los mapas, los apellidos, los censos, las unidades estandarizadas de medición, las listas catastrales; hoy en día contamos con algunas más —como Twitter y Facebook por poner un ejemplo—. La idea de Scott es que a mayor legibilidad de la sociedad, ésta es más controlable. Scott sólo habla del control que el Estado ejerce sobre la población. Pero su idea puede extenderse, en la actualidad, y ya no sólo el Estado ejerce control sobre la sociedad sino también la iniciativa privada —a través de campañas publicitarias o los buscadores como Google.


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Empobrecedor para la sociedad ha sido el resultado de los planes alto-modernistas ejecutados por el Estado, especialmente cuando se combinan con una débil sociedad civil y un régimen autoritario. Dos ejemplos claros de lo anterior son el nazismo alemán y el socialismo de Lennin. Uno de los elementos más importantes que el alto-modernismo ha dejado fuera de sus esquemas simplificadores de la sociedad es el conocimiento metis —o metis solamente—. Por metis, el autor apunta que es una mezcla de conocimiento práctico local y que tiene un factor de improvisación importante. Un ejemplo de metis es el manejo de un barco, el cual difiere en gran medida de un río a un mar, de un bote a otro, y de un clima a otro. La capacidad de improvisación y el conocimiento del barco en específico utilizado así como las condiciones in situ del agua son un ejemplo de metis. Scott señala que la exclusión del metis ha sido una de las más importantes causas por las cuales tienden a fallar los diseños sociales alto-modernistas. Entonces, si el Estado pudiese incorporar el metis a los planes alto-modernistas, existiría mayor probabilidad de éxito. Esto es algo que Scott no consideró en su texto, ya que en 1998 parecía imposible que un conocimiento tan mutable como es el metis pudiese ser mensurable. Gracias a las redes sociales, algunos aspectos del metis, como preferencias en tiempo real, pueden ser medibles.

“Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos”. Así, con esas palabras, Borges prologa su libro Ficciones. Y es justo esa misma idea la que compagina a la perfección con el texto —por lo demás valioso— de James C. Scott. Y también es la idea con la que quiero concluir después de haber revisado algunas de las proposiciones más valiosas de Scott. La idea de Seeing like state —el cambio social guiado por el anhelo alto-modernista es sumamente peligroso— es adecuada e importante y no ha perdido validez a través de los años sino más bien adquiere nuevas perspectivas y abre campos de estudio. ¿Puede integrarse el metis a una ambiciosa planificación Estatal actual? ¿Cuáles han sido los resultados de la intervención social de las empresas en contraposición a las del Estado? Sin embargo, Seeing like state también es un compendio de ejemplos tediosos y redundantes cuya perfecta exposición pudo haber sido ejecutada en menos folios.

Luis David Ramírez Benítez

Licenciado en economía por la Facultad de Economía de la UNAM, actualmente cursa la Maestría en Administración y Políticas Públicas en el CIDE. Ha trabajado como analista y editorialista en el Observatorio Económico de América Latina y como subdirector de inversiones turísticas en SECTUR. Suele escribir con regularidad en un blog personal llamado "Misantropías"