Editorial
@tempomxcom
“Todos los derechos para todos los hombres, ni uno más, y todos los derechos para todas las mujeres, ni uno menos. ¡Para todos y para todas, todo!”
El 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, fecha que convoca a la unidad en todas las esferas, sin filias ni fobias. En Tempo estamos a favor de la construcción de una sociedad con mejores condiciones de desarrollo para las mujeres y niñas, a quienes queremos vivas, libres y seguras en todo momento. Los problemas de las mujeres son problemas que atañen a toda la población y al Estado en su conjunto, por eso cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad permanente de contribuir desde cada una de nuestras actividades en el ámbito familiar, personal, académico, profesional, laboral, etc., a erradicar la violencia de género y acabar con patrones misóginos que inhiben el progreso de México.
Este día es oportuno remitirnos a los principales antecedentes de la lucha feminista. El primer antecedente ocurrió en Estados Unidos y se remonta a 1848, cuando indignadas por la prohibición que impedía a las mujeres hablar en una convención contra la esclavitud, las norteamericanas Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott congregaron a cientos de personas en la primera convención nacional por los derechos de las mujeres en la ciudad de Nueva York.
El primer Día Nacional de la Mujer de la historia tuvo lugar en Nueva York, el 28 de febrero de 1909. Un año después, en 1910, durante la 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague (Dinamarca), gracias a un acuerdo de poco más de 100 mujeres procedentes de 17 países, se proclamó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Y aunque no se especificó día concreto, sí se acordó que fuera en el mes de marzo.
En tanto, la primera celebración del Día Internacional de la Mujer se dio el 19 de marzo de 1911, en cuatro países europeos: Alemania, Suiza, Dinamarca y Austria. Sin embargo, el hecho histórico que resultó realmente significativo en el mes de marzo de 1911, fue el incendio de la fábrica Triangle en Nueva York, donde perecieron más de 140 mujeres.
El 8 de marzo de 1917, las amas de casa rusas provocaron revueltas para pedir el fin de la guerra y poder tener alimentos. A partir de ese año, los países comenzaron a instaurar este día hasta que, en 1975, la ONU celebró el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Un dato que merece mención especial es que en México fue en donde se llevó a cabo la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, del 19 de junio al 2 de julio de 1975, durante el año internacional de la mujer y dos años más tarde, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró oficialmente el día 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.
La edición 2021 se enfoca en la pandemia mundial más grave del último siglo. Este año, el tema propuesto por ONU Mujeres es “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”, desafortunadamente encontramos asimetrías entre las mujeres y los hombres que están al frente de la batalla contra la Covid-19. Si bien es cierto que hay trabajadoras del sector de la salud y en primera línea, y como científicas, médicas y cuidadoras; también lo es que ganan un 11% menos globalmente en comparación con sus homólogos masculinos. Además, como señala un análisis de equipos de trabajo sobre la Covid-19 de 87 países, solamente el 3,5% de estos tenían paridad de género.
Vivimos tiempos complejos, pero por más convulsos que sean, debemos seguir avanzando en el empoderamiento femenino y la erradicación de la violencia contra las mujeres, por eso en Tempo acompañamos todas las expresiones que estén en sintonía con dichos fines. La libre manifestación de ideas en apoyo al movimiento feminista en las redes sociales, en las plazas públicas y en todos los foros posibles siempre deben ser respetadas, escuchadas y atendidas con la seriedad que merecen; en ninguna circunstancia es admisible el menosprecio, denostación o cuestionamiento de las exigencias legítimas de las víctimas y sus familias, con quienes el Estado mexicano mantiene una deuda pendiente que tiene que ser saldada cuanto antes.
Este 8 de marzo sumemos esfuerzos para que los feminicidios, las desapariciones y todo tipo de violencia en contra de las mujeres y niñas sean eliminados. Asimismo, pongamos en alto las invaluables aportaciones que las mujeres y niñas tienen en el desarrollo y progreso nacional.