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Por Marilú Ramírez Barrios

La literatura griega es uno de los más grandes regalos que nos dejó la cultura grecolatina. La tragedia fue por mucho tiempo el género por excelencia dentro de las famosas fiestas Dionisiacas hasta la aparición de la comedia, con la cual se dejaron de representar personajes heroicos, virtuosos o superiores para pasar a criticas sociopolíticas que tenían como fin el regocijo del pueblo. Uno de los principales exponentes de la comedia griega es Aristófanes, quien nació entre el 455 y 445 a.C. y murió en el 385 d.C., escribió alrededor de 30 comedias y ganó 4 veces el primer lugar en los certámenes teatrales. Es considerado el cómico más importante de la llamada comedia política, aquella que refleja con especial interés los problemas de la ciudad y su obra Lisístrata.

Lisístrata presenta a una mujer que harta de la guerra y la ausencia de su marido a causa de ésta; convoca a todas las mujeres de la “polis” a levantar una huelga, la cual consistía nada más y nada menos que en la abstinencia sexual. La protagonista a pesar de la resistencia de algunas mujeres consigue convencerlas, pactando entre todas comprometerse a provocar a sus esposos para luego negarles mantener relaciones sexuales. Este pacto es aceptado por toda la ciudad e incluso llega a las ciudades enemigas, iniciando así la primera huelga sexual de la historia que finalizaría con la consumación de la guerra.

Lisístrata representa el poder femenino, al resaltar el papel primordial que tienen las mujeres en la sociedad, por eso es pertinente analizar las distintas confrontaciones que tuvo a lo largo de la obra y como éstas evidencian y reflejan el poder que puede tener una mujer un ambiente completamente misógino y machista. Aunque esta pieza nos muestra la liberación femenina y el poder de la mujer, también nos encontramos mujeres convencidas de que ellas mismas no tienen ni el poder ni autoridad sobre los problemas políticos, como es el caso de la amiga ateniense de Lisístrata; Cleonice.

Por Marilú Ramírez Barrios

La literatura griega es uno de los más grandes regalos que nos dejó la cultura grecolatina. La tragedia fue por mucho tiempo el género por excelencia dentro de las famosas fiestas Dionisiacas hasta la aparición de la comedia, con la cual se dejaron de representar personajes heroicos, virtuosos o superiores para pasar a criticas sociopolíticas que tenían como fin el regocijo del pueblo. Uno de los principales exponentes de la comedia griega es Aristófanes, quien nació entre el 455 y 445 a.C. y murió en el 385 d.C., escribió alrededor de 30 comedias y ganó 4 veces el primer lugar en los certámenes teatrales. Es considerado el cómico más importante de la llamada comedia política, aquella que refleja con especial interés los problemas de la ciudad y su obra Lisístrata.

Lisístrata presenta a una mujer que harta de la guerra y la ausencia de su marido a causa de ésta; convoca a todas las mujeres de la “polis” a levantar una huelga, la cual consistía nada más y nada menos que en la abstinencia sexual. La protagonista a pesar de la resistencia de algunas mujeres consigue convencerlas, pactando entre todas comprometerse a provocar a sus esposos para luego negarles mantener relaciones sexuales. Este pacto es aceptado por toda la ciudad e incluso llega a las ciudades enemigas, iniciando así la primera huelga sexual de la historia que finalizaría con la consumación de la guerra.

Lisístrata representa el poder femenino, al resaltar el papel primordial que tienen las mujeres en la sociedad, por eso es pertinente analizar las distintas confrontaciones que tuvo a lo largo de la obra y como éstas evidencian y reflejan el poder que puede tener una mujer un ambiente completamente misógino y machista. Aunque esta pieza nos muestra la liberación femenina y el poder de la mujer, también nos encontramos mujeres convencidas de que ellas mismas no tienen ni el poder ni autoridad sobre los problemas políticos, como es el caso de la amiga ateniense de Lisístrata; Cleonice.

La confrontación entre Lisístrata y Cleonice se da cuando la primera convoca a una asamblea a las mujeres de la ciudad. Cleonice hace evidente su confusión al ver a mujeres en encuentros que tradicionalmente eran únicamente entre hombres, y cuestiona: “Y, ¿qué plan sensato o inteligente podrían realizar las mujeres si lo nuestro es permanecer sentadas, bien pintaditas, luciendo la túnica azafranada y adornadas con el vestido recto y con las zapatillas de moda?”, a lo que Lisístrata contesta: “Pues eso mismo es lo que espero que nos salve: las tuniquillas azafranadas, los perfumes, las zapatillas, el colorete y las enaguas transparentes”.
Siguiendo la obra nos encontramos con la contraposición hombre/mujer, como es el caso del encuentro con el comisario, quien juega el papel de portavoz de los hombres. Como era de esperase este hombre llega usando los insultos denigrantes y ejerciendo la fuerza bruta. En este momento Lisístrata nos enseña otro factor que la empodera: la razón. Cuando el comisario llega a la ciudad ordena apalancar las puertas de la Acrópolis para hacer salir a Lisístrata a lo que ella responde: “No apalanquéis nada. Ya salgo yo sin que me obligue nadie. ¿Qué falta hacen las barras? No son barras lo que se necesita, sino sentido común y mollera.” Al analizar esta situación nos damos cuenta de cómo Aristófanes quiere plasmar a la mujer como la figura que busca la resolución del conflicto con el uso de la palabra, no con violencia. Este raciocinio de parte de Lisístrata es un factor más que la empodera, pues, si respondiera a la violencia con violencia; el enfrentamiento entre ambos terminaría en una guerra violenta entre hombres y mujeres que no llegaría a nada.

Dentro de este enfrentamiento con el comisario, Lisístrata nos muestra otro factor de poder, y éste es el de los roles de género. Ella asegura tener el derecho de opinar sobre los asuntos políticos del país y afirma que, desde ese momento, son las mujeres las que administrarán el dinero, igual que administran el de la casa. Agrega que al ser ella la encargada del hogar tiene el completo conocimiento de cómo administrar los recursos con los que cuenta, pudiendo hacer lo mismo con los recursos públicos, haciendo ver que las mujeres son completamente capaces de participar en los asuntos políticos del país.

En esta remembranza, Lisístrata muestra el poder con el que cuenta la mujer todo y lo que se puede lograr convirtiendo esos rasgos femeninos que podrían verse como “debilidades” en fortalezas. Asimismo, muestra como la razón empodera a la mujer por el contrario al hombre que acude a la violencia y como el papel de la mujer y sus conocimientos son igual de importantes a los de los hombres. A pesar de que se trata de una obra escrita hace 2 mil 429 años, su tesis sigue vigente, al abordar temas actuales como la desigualdad entre hombres y mujeres.

La confrontación entre Lisístrata y Cleonice se da cuando la primera convoca a una asamblea a las mujeres de la ciudad. Cleonice hace evidente su confusión al ver a mujeres en encuentros que tradicionalmente eran únicamente entre hombres, y cuestiona: “Y, ¿qué plan sensato o inteligente podrían realizar las mujeres si lo nuestro es permanecer sentadas, bien pintaditas, luciendo la túnica azafranada y adornadas con el vestido recto y con las zapatillas de moda?”, a lo que Lisístrata contesta: “Pues eso mismo es lo que espero que nos salve: las tuniquillas azafranadas, los perfumes, las zapatillas, el colorete y las enaguas transparentes”.

Siguiendo la obra nos encontramos con la contraposición hombre/mujer, como es el caso del encuentro con el comisario, quien juega el papel de portavoz de los hombres. Como era de esperase este hombre llega usando los insultos denigrantes y ejerciendo la fuerza bruta. En este momento Lisístrata nos enseña otro factor que la empodera: la razón. Cuando el comisario llega a la ciudad ordena apalancar las puertas de la Acrópolis para hacer salir a Lisístrata a lo que ella responde: “No apalanquéis nada. Ya salgo yo sin que me obligue nadie. ¿Qué falta hacen las barras? No son barras lo que se necesita, sino sentido común y mollera.” Al analizar esta situación nos damos cuenta de cómo Aristófanes quiere plasmar a la mujer como la figura que busca la resolución del conflicto con el uso de la palabra, no con violencia. Este raciocinio de parte de Lisístrata es un factor más que la empodera, pues, si respondiera a la violencia con violencia; el enfrentamiento entre ambos terminaría en una guerra violenta entre hombres y mujeres que no llegaría a nada.

Dentro de este enfrentamiento con el comisario, Lisístrata nos muestra otro factor de poder, y éste es el de los roles de género. Ella asegura tener el derecho de opinar sobre los asuntos políticos del país y afirma que, desde ese momento, son las mujeres las que administrarán el dinero, igual que administran el de la casa. Agrega que al ser ella la encargada del hogar tiene el completo conocimiento de cómo administrar los recursos con los que cuenta, pudiendo hacer lo mismo con los recursos públicos, haciendo ver que las mujeres son completamente capaces de participar en los asuntos políticos del país.

En esta remembranza, Lisístrata muestra el poder con el que cuenta la mujer todo y lo que se puede lograr convirtiendo esos rasgos femeninos que podrían verse como “debilidades” en fortalezas. Asimismo, muestra como la razón empodera a la mujer por el contrario al hombre que acude a la violencia y como el papel de la mujer y sus conocimientos son igual de importantes a los de los hombres. A pesar de que se trata de una obra escrita hace 2 mil 429 años, su tesis sigue vigente, al abordar temas actuales como la desigualdad entre hombres y mujeres.

Marilú Ramírez Barrios

Estudió Criminología y Criminalística en el Colegio Libre de Estudios Universitarios, ha realizado sus practicas profesionales en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México y el Servicio Social en el Senado de la República. Actualmente cursa la Maestría en Psicología Jurídica Criminal en la Universidad del Valle de México. Entre los temas que ha desarrollado dentro de su formación académica y profesional se encuentran estudios sobre feminicidio, política, derechos humanos, estigmatización de las personas, migración y seguridad pública.