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Por Yasmín Ayala Montaño

Hoy quiero hablarles de un tema muy recurrente que me llega en consultas de tutores perrunos: “Mi perro ladra, ladra y ladra sin parar, es excesivo su comportamiento” … y bueno, para abordar esta situación, lo primero es que entendamos un par de cosas para poder ayudar a nuestros peludos:

1. ¿Cómo se comunican los perros? Así como ocurre con los humanos, los animales de cada especie tienen su propio lenguaje y manera de comunicarse entre ellos, en este caso, puesto que nos referimos a nuestros perros, ellos lo hacen mediante el ladrido, no solo para comunicarse con los mismos de su especie, sino que también buscan comunicarse con nosotros, ¿por qué? Pues por la simple razón de que convivimos y estamos juntos, compartimos nuestra vida a su lado, y forman parte de nuestros hogares y familia.

El perro como especie, de cierta forma fue condicionado por el ser humano hace miles de años para beneficiarse de ciertos comportamientos que poseía, como el ladrido, que por un lado servía para alertar al hombre sobre algún peligro o señal de alarma, lo que se desarrolló como algo característico en su comportamiento como especie a diferencia de su antecesor “el lobo”, que pocas veces usaba este comportamiento o era solo durante su edad temprana —el perro que ladra toda su vida—.

2. ¿Por qué ladran los perros? Cuando tu perro ladra, busca alertarte sobre algo, o avisarte algo, conectar contigo, y puedes tener una referencia de lo qué te quiere decir observando también su lenguaje corporal, así como el tono e intensidad que usa en su ladrido. Sin embargo, hoy día, por el ritmo de vida que llevamos, pocas veces nos ponemos a observar cuidadosamente y con detenimiento este comportamiento, porque no tenemos la paciencia o no tenemos el tiempo para hacerlo dentro de nuestro itinerario de miles de actividades y solo vemos el problema, que es “ladra y ladra” y deseamos que paré YA de hacerlo.

Cuando tú no escuchas lo que quiere “decirte” tu perro, el resultado muchas veces es que el comportamiento aumenta, pues se genera frustración tanto en tu compañero animal porque no lo escuchas, y en ti porque odias esta conducta excesiva y así se vuelve un círculo vicioso que empieza a mermar la relación que tienes con él. Es importante que tu perro se sienta escuchado, que prestes atención a lo que busca decirte, que estés pendiente de él, pues se sentirá integrado al núcleo familiar y sentirá que lo apoyas cuando busca alertarte sobre algo.

Ahora que ya vimos algunos puntos referentes a este comportamiento, la pregunta obligada es ¿hasta qué punto es normal y cuándo ya es un exceso el ladrido?

Para responder a dicha interrogante, la primera cuestión a considerar es que en algunas ocasiones el ladrido puede ser reflejo de algún padecimiento médico físico, pero si ya has descartado esta opción y tu compañero se encuentra en buenas condiciones de salud física, lo que puede estar pasando es que mental y emocionalmente no se encuentre del todo bien. Estas 2 condiciones (lo emocional y mental) son muy subestimadas aún por las personas cuando se trata de sus animales de compañía, y si bien, la situación ha ido cambiando poco a poco, todavía existe una gran brecha de desinterés y desinformación que debemos romper.

Lo acelerado de la vida moderna no solo nos afecta a nosotros los humanos, sino que también a nuestros amados peludos, porque además de dejar de ser los animales que vivían libremente en campos, bosques y demás ecosistemas de la naturaleza, su estilo de vida generalmente está en función del nuestro. Por esto último, en los perros se ha generado inseguridad emocional debido a la falta de actividad física y estimulación mental, lo que a su vez deriva en conductas que tienen como finalidad desahogar la angustia u otras emociones negativas o calmar el aburrimiento que sienten los perrunos. Una reacción recurrente ante esas circunstancias, es ladrar por periodos prolongados de tiempo, o ante estímulos que no son familiares para él o cuando no tuvieron una correcta socialización (como ladrar sin parar a otros perros). Justo en este punto, cuando el ladrido ya no cumple con la función de alertar sobre algún peligro u otra señal, cuando ya no es parte del juego o sana interacción con nuestro perro, y cuando se convierte en un síntoma concurrente y que no puede ser controlado por su humano y dificulta la vida de ambos, justo aquí es donde recomiendo la intervención de las terapias holísticas, pues éstas toman en cuenta al perro como un ser integral y ayudan a armonizar las emociones que están en desequilibrio a causa de las circunstancias antes expuestas.

En particular, cuando llegan a mí con este tipo de consultas, me encanta trabajar con la Terapia Floral, que consta de la administración de Remedios Florales que elaboro con Flores de Bach y otros Sistemas florales, y con dicha terapia he visto excelentes resultados en cada animalito que las toma, porque además de ayudarle a corregir el síntoma de ladrido excesivo, también observo con mucho amor que le ayuda a pasar su vida de mejor manera, con mayor tranquilidad, con más calma y paz mental y emocional, sin tanta angustia que generalmente es lo que los hace vocalizar demasiado. Siempre hay una alternativa para ayudar de una manera no invasiva y sí armónica, a mejorar su salud, su estabilidad, y junto con ello mejorar el vínculo que tenemos con nuestros compañeros animales.

Yasmín Ayala Montaño

Es Licenciada en Diseño y Comunicación visual, titulada por la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Ha ejercido en este campo en diferentes proyectos por más de una década. Adicionalmente a su formación profesional en la máxima casa de estudios del país, es Terapeuta Holística, incursionando en temas de salud integral para los seres vivos, no solo en humanos sino desarrollando un gran amor y empatía hacia la vida animal, aplicando parte de estas terapias holísticas a los animales de compañía que forman parte de las familias. Parte de su trabajo lo dedica a aplicar terapéuticas como: Terapia Floral; Reiki; Técnicas de Sanación Energética; Radiestecia y Péndulo; Masaje canino; y Comunicación interespecie. Ha tomado y acreditado diversos diplomados y cursos por la Universidad Holística A.C., Hospital Siglo XIX, Centro Floralba México. Es fundadora del proyecto y marca Holistic PETS, el cual busca ayudar a familias y sus animalitos de compañía para mejorar la relación y convivencia, así como contribuir a una vida plena y en armonía.