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Por Roberto Carlos Sánchez Téllez

Actualmente un sector de la sociedad considera que la democracia únicamente sirve para renovar autoridades o en su defecto para llevar a cabo procesos electorales y aunque son dos de sus principales funciones, el concepto va más allá. Entre los objetivos fundamentales de un sistema democrático efectivo destaca buscar que prevalezca un estado de derecho, promover el bienestar general e incentivar la participación ciudadana, todos esenciales para evaluar su desempeño.

Además de la confusión o desinterés de la ciudadanía, la crisis de confianza en las instituciones democráticas es un fenómeno que presenta varios desafíos para el funcionamiento y la legitimidad de los sistemas democráticos. Dentro de dichos retos se encuentra la desafección política, donde los ciudadanos se sienten desconectados de la política y muestran una apatía hacia la participación en elecciones y otros procesos políticos

Otro aspecto por resolver es la polarización política, variable clave, debido a su función de cuantificar hasta qué punto la opinión pública se divide en dos extremos opuestos, ya que, a mayor polarización, más difícil resulta generar consensos amplios entre grupos con sensibilidades distintas para exigir reformas profundas que permitan que la sociedad avance.

Al estar en la era de la inmediatez y las tecnologías de la información, es urgente atender la manipulación de la información y desinformación, porque este conjunto de acciones es susceptible de socavar la confianza en las instituciones democráticas, al sembrar dudas sobre la validez de los resultados electorales y la legitimidad de los líderes políticos.

Ahora que estamos a unos meses de celebrar elecciones en nuestro país, vale la pena plantear posibles medios para resolver los desafíos que enfrenta la democracia en la sociedad actual. En este sentido, podemos encontrar los siguientes:

  1. Promover la educación cívica: mejorar la educación cívica en las escuelas y la sociedad en general puede ayudar a aumentar la participación ciudadana informada y fortalecer el entendimiento de los principios democráticos fundamentales, los derechos y responsabilidades de los ciudadanos.
  2. Combatir la desinformación: implementar medidas para combatir la desinformación y promover la alfabetización mediática puede ayudar a proteger la integridad de los procesos electorales y fortalecer la confianza en los medios de comunicación y las instituciones democráticas.
  3. Fomentar el diálogo y la cooperación: promover el diálogo constructivo entre diferentes grupos políticos y sociales puede ayudar a reducir la polarización y fomentar la colaboración en la búsqueda de soluciones a los problemas comunes. Esto podría incluir el establecimiento de espacios de deliberación pública y el fomento de la tolerancia y el respeto mutuo.
  4. Fortalecer las instituciones democráticas: implementar reformas institucionales para fortalecer la transparencia, la rendición de cuentas y la independencia judicial puede ayudar a restaurar la confianza en las instituciones democráticas y prevenir el abuso de poder.
  5. Fomentar la participación ciudadana: crear oportunidades y mecanismos para que los ciudadanos participen activamente en la toma de decisiones políticas puede aumentar la legitimidad y la eficacia de las políticas gubernamentales. Esto podría incluir la implementación de consultas públicas, presupuestos participativos y mecanismos de iniciativa ciudadana.

Es importante reconocer que no hay soluciones simples, automáticas o únicas para estos problemas y que se necesita un enfoque integral y colaborativo, pero las alternativas que se plantean abonan a la construcción de un nuevo paradigma dirigido a fortalecer y proteger los valores democráticos, comenzando por la emisión de un voto libre, responsable e informado.

Roberto Carlos Sánchez Téllez

Roberto Carlos Sánchez Téllez estudiante de la Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), plantel Texcoco (generación 2019-2024).